Un partido de 120 minutos y una tanda de 7 penaltis le ha costado a los chicos de Ferguson levantar la Copa de Europa después de empatar en tiempo reglamentario 1-1. En un partido muy igualado, donde ambos tuvieron ocasiones para llevarse el prestigioso título, ganó el que más suerte tuvo en la muerte súbita. Sonrisas y lágrimas.
Manchester y Chelsea jugaban su enésima final de esta temporada. Lucharon por la Community Shield, disputaron el campeonato de liga hasta el último partido. Y ahora tocaba la gran final: la Liga de Campeones. Nuevamente, el Manchester salió victorioso.
Vestido de gala el Estadio Luzhniki (Rusia) y descamisados hooligans por toda la grada, el árbitro de la contienda, el esloveno Lubos Michel, pitó el comienzo del partido con puntualidad londinense. Un ambiente espectacular, para un trofeo ansiado por unos y otros.
PRIMERA PARTE "red"
Durante los primeros diez minutos poca historia. Clásica final en la que los dos equipos se vigilan de cerca, más si hablamos de 2 equipos que se conocen a la perfección y que ya se han enfrentado en muchos partidos durante la presente temporada. El duelo más emocionante del partido se batía en la banda derecha entre los dos grandes de la Liga inglesa: Cristiano Ronaldo y Essien.
Pronto empezarían a cargar las armas ambos equipos, sobre todo el Manchester United, capitaneado por un inconmensurable Cristiano Ronaldo que iría perdiendo gas a lo largo del partido. El portugues se ha mostrado durante todo el primer tiempo muy activo, buscando el balón y ofreciéndose en cada jugada. Los rojos comenzaban a acechar la portería de Peter Cech.
En el minuto 15 Cristiano Ronaldo deja una jugada marca de la casa. Le hace un malabar con el balón a su marcador, Essien, y enchufa a los suyos. El Presidente del Real Madrid Ramón Calderón, presente en la grada, tomaba buena nota del astro portugués y por si acaso, vigilaba su cartera.
Sería a partir de este momento cuando los de Álex Ferguson se volcarían en el área del Chelsea, mereciendo el gol. Y quien lo busca, lo encuentra. En una jugada que aparentemente no entrañaba peligro en el minuto 25, un saque de banda que saca Brown casi pegado al banderín de córner, y una combinación "tiki-taka" entre él y el veterano School, sirve para que el defensa del Manchester centrara templado al punto de penalti donde esperaba, suspendido en el aire, el mejor de los diablos rojos: Ronaldo, que de un testarazo certero deposita el esférico al fondo de las mallas libre de marca. 1-0 para el Manchester United que se lo estaba mereciendo. De esta forma sellaba Ronaldo su gol número 11 en 8 partidos de Champions
Y a raíz del gol comenzó el espectáculo del jugador pretendido por medio mundo. que empezó a crecerse contra todos sus marcadores. El Chelsea encerrado atrás y el Manchester controlando de manera cómoda un partido que tenía muy de cara. A penas un disparo en el min. 33 de un buen Ballack que golpea en un defensa del Manchester a boca de gol pero que Van der Sar (39 años) repele demostrando grandes reflejos.
La gran ocasión. doble, del partido llegó en el minuto 34 cuando Wayne Ronnie mete un balón en profundidad desde su propio campo para el de siempre, Ronaldo, que centra de primeras a un Tévez que remata a bocajarro y Cech despeja hacia el borde del área, donde Carrick golpea fuerte y el guardameta realiza el paradón del partido. El United pudo sentenciar la final pero el portero del Chelsea respondió con una gran parada que salvó a los blues.
Y llegaron los minutos locos de la primera mitad, donde el Chelsea igualó el marcador tras un remate que toca en el central del United, Vidic, y que despista a la defensa del Manchester y hace resbalar a Van der Sar, enviando Frank Lampard el balón al fondo de las mallas dando un auténtico mazazo a los reds, que veían cómo se iban al túnel de vestuarios igual que salieron, con empate y todo por decidir,
SEGUNDA PARTE "blue"
Los papeles se intercambiaron y ahora fue el Chelsea quien salió decidido a conquistar la Copa de Europa, con un United agazapado en su campo y los de Abramovich volcados a por el partido, con un juego ordenado y dos líderes: Ballack y Didier Drogba.
A punto está de consumarse la remontada en el minuto 57 con un gran disparo de Ballack desde fuera del área que se marcha ligeramente desviado de la meta de Van der Sar. Sin duda, parecía que habían salido otros 11 jugadores en el Chelsea, mucho más enchufados en la final, y otros 11 del Manchester, esperando en su campo.
En el 68 sería Drogba el que, con un precioso disparo desde la frontal, y cayéndose, estrella el balón en el palo derecho de la portería del holandés. Seguía presionando el Chelsea mientras que todos nos preguntábamos dónde estaba Cristiano Ronaldo, tan activo en la primera parte como desaparecido en la segunda.
Y poco más en esta segunda parte donde los blues se han merecido mucho más, con un fútbol más dinámico y con mayores ganas de llegar a la portería rival. Tablas en el marcador en un partido con más emoción que juego, y con más destellos que gloria. Buen encuentro típicamente inglés. El empate hacía justicia. Un tiempo para cada equipo.
PRÓRROGA
El tiempo extra estuvo marcado por el juego bronco que ambos equipos practicaron. Sin más oportunidades que una para los blues en los pies del capitán, Lampard, que lanzó un tiro al travesaño tras un disparo a la media vuelta; y otra para los reds, en botas de Ryan Giggs que el protagonista de la anterior jugada salva de cabeza con su portero batido.
Pocas ocasiones más, pero sucedería algo que a la postre, en la suerte de los 11 metros, marcaría la gran final: expulsión de Didier Drogba después de una tangana provocada por el jugador del United, Carlos Tévez. Final de un partido de 120 minutos. Esperaba el punto de penalti para decidir el campeón de la Champions.
PENALTIS
Cristiano Ronaldo a punto estuvo de hacer "crak". Después de consumidos dos de los cinco penaltis, con sendos goles de unos y de otros, era el turno del astro, del pretendido. Coloca el balón, escupe al suelo, y tras una "paradiña" lenta, su balón se estrella en el rostro del portero Cech. Ronaldo se hunde y el Manchester se pone por detrás del Chelsea.
Tiro tras tiro, turno del capitan Terry. Un hombre seguro y experimentado. Si transformaba el lanzamiento levantaría la Copa de Europa minutos después. Y justo, en el momento del golpeo, resbala y lanza fuera el esférico. El centrocampista inglés no se lo podía creer. Cuando todo estaba zanjado, el destino le jugó una mala pasada. Tardará mucho tiempo en olvidar este penalti.
Finalmente, en la muerte súbita sería un conocido de la afición española, Nicolás Anelka, quien fallara el penalti decisivo a manos de Van der Sar, que paró su disparo.
Los flashes apuntaron a Cristiano Ronaldo, que durante este partido ha sentido la victoria y la derrota, la gloria y el fracaso. La Copa de Europa se la quedan los reds.
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