El arma secreta de Monteseirín en la batalla del PSOE de Sevilla

Alfredo Sánchez Monteseirín, a la sazón alcalde de Sevilla, desenterró el hacha de guerra de la lucha por el poder en el PSOE sevillano mediante la publicación de un artículo en El País a finales del pasado mes de abril, titulado “Un paso adelante”. En él anunciaba que no se presentaría a ningún cargo en la nueva ejecutiva e invitaba al actual secretario general, José Antonio Viera, su máximo rival y oponente, a hacer lo mismo y dejar paso a “nuevos liderazgos”.

Muchos de los analistas políticos de la ciudad afirmaron entonces que el alcalde “estaba simulando una catedral con la solidez de las palabras” y aventuraban que lo que pretendía era aparentar “cierto tamaño o masa crítica con la que forzar una cuota en la próxima ejecutiva, que habría de ser de integración”. Nada más lejos de la realidad. Sin dejar de ser cierto que el deseo del ejecutivo regional, manifestado por boca del propio Chaves, es que compareciese una única lista consensuada al congreso del próximo verano, en el PSOE de Sevilla esto es como pedirle peras al olmo.

Los partidarios del alcalde se lanzaron de inmediato al ruedo mediático para apoyar sus afirmaciones y hacer piña en torno a su figura, es cierto. Pero no blandieron todas las armas de las que disponían. Sobre todo una, la de más calibre, que se escondía en la Ponencia Marco del 37 Congreso Confederal del PSOE.

Los titulares de los medios de comunicación se llenaron con los argumentos de unos y otros de cara al congreso provincial. Concejales del Ayuntamiento de Sevilla afines al alcalde como Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, Fran Fernández, Emilio Carrillo y hasta la recién nombrada Consejera de Justicia del Gobierno regional de Chaves, Evangelina Naranjo, acapararon las portadas con declaraciones de apoyo a Monteseirín y pidiendo la salida de Viera de la secretaría general. El caldo de cultivo para la batalla parecía estar servido y se puso de manifiesto en Comité Provincial del PSOE de Sevilla celebrado el pasado día 5. El enfrentamiento de ambos sectores durante su celebración y al término del mismo quedó patente cuando José Antonio Viera anunció la presentación de su candidatura a la secretaría general.

Sin embargo, y a pesar de que no deja de ser importante la cuota de poder que cada fracción obtenga en la nueva ejecutiva provincial, Monteseirín ya sabía que el 37 Congreso Federal lo situaría fuera del alcance del poder de Viera. El Plan de adecuación de la estructura local del PSOE que se anuncia el artículo 388 de la Ponencia Marco era y es su arma más letal y de la que menos se ha hablado.

Según dicho plan, y amparándose en la Ley de Bases del Régimen Local, “todas las ciudades con más de 250.000 habitantes o aquellas que, teniendo más de 175.000, sean capitales de provincia o ciudades singulares, deben contar con una división por distritos para su correcto funcionamiento”. El PSOE pretende adecuar su estructura orgánica en estos municipios.

En estas ciudades se crearán Comisiones Ejecutivas Municipales que contarán con sus respectivos órganos de control, Comités Municipales y agrupaciones de distrito que se correspondan con la división administrativa de la ciudad. Todos estos órganos serán elegidos en sus respectivos Congresos Municipales. Y el Alcalde, o el Portavoz del grupo socialista en el ayuntamiento en su caso, formará parte de dicha Comisión Ejecutiva Municipal.

En lo relativo a funciones, la Comisión Ejecutiva Municipal asumirá todas las competencias políticas y orgánicas en el municipio, entre ellas, la coordinación de la campaña electoral y la elaboración del programa y de la candidatura municipal.

Alfredo Sánchez Monteseirín queda pues fuera del alcance del secretario general de la provincia, por lo que la batalla por el poder se reduce a la nada, dado que el presupuesto del Ayuntamiento de Sevilla y su poder institucional dobla prácticamente al de la Diputación Provincial, que será el organismo que controle el comité provincial. Teniendo en cuenta este detalle, ahora es más posible que se acerque el consenso, aunque sea a regañadientes. El alcalde, ese experimentado camaleón político, ha vuelto a salir indemne de otra de sus curtidas batallas.