LAS GRIETAS DE GÉNOVA

Desde que el Partido Popular perdiera las pasadas elecciones generales, todo han sido problemas en la calle Génova. Si no es Gallardón, habla Esperanza; si no es Aznar, es Rodrigo Rato. Todos mueven ficha y ensayan su estrategia. Una auténtica casa de líos.

La cosa estaba cantada. Tan pronto como dejara de soplar el viento a favor, los cambios de rumbo estarían a la orden del día. Muchos aspirantes y un sólo cargo. Ninguno se conforma con el segundo plano. No les gusta la sombra. La primera línea de combate es más atractiva.

Abrió el fuego Alberto Ruíz Gallardón, en aquellos días anteriores a las urnas, pero contra pronóstico cedió con el tiempo a cambio de puestos futuros. Hoy suena como parte de la futura dirección del partido. Con caramelos, los niños no lloran. Es una pena, porque Gallardón ha perdido la oportunidad de ganarse la confianza de los ciudadanos (progresistas y conservadores) y dar una imagen de independencia que ha perdido por completo. En lugar de presentar su propio programa, ha sucumbido. En este caso Rajoy ha sido más inteligente que él, consciente del rédito electoral ante el su Congreso de junio.

Después Esperanza Aguirre no quiso perder comba y también tanteó. La presidenta de la Comunidad de Madrid siempre tuvo miras altas y la dirección del PP era, y es, su objetivo. Trató de ganarse la confianza de Rajoy a costa de jugar sucio con su compañero de partido, Gallardón; pero una vez se percató de que Rajoy no abandonaría el barco, ya se encargó ella de formar un motín y sacar tajada al respecto. Algunos se sumaron, otros se apartaron.

El último capítulo lo sirve María San Gil, con su enfado particular con el líder que tanto amó en tiempos atrás. Ahora, dice, ha perdido la confianza en él. Rodrigo Rato tampoco está muy satisfecho con el líder del PP, y es que no le sentó bien que no lo incluyeran en las listas. Mientras tanto, José María Aznar planea sobre todos ellos.

Y lo peor de todo, que toda la guerra viene servida porque su líder, Mariano Rajoy, no quiere que hayan varios proyectos en junio. Otro que ha perdido la oportunidad de legitimarse ante el ciudadano, invitando a todos los militantes a que presenten no uno, sino numeroros proyectos para elegir entre todos el mejor. Más que un liderazgo en el PP, se avecinan escisiones en favor de unos y en contra de otros.