Manchester y Chelsea se citan en Moscú

Los dos grandes enemigos de la isla se enfrentarán en la capital rusa para dirimir la supremacía de una de las dos formas de ver la vida y entender el fútbol. Manchester y Chelsea, o lo que es lo mismo elegancia contra resultadismo,  acaparan los ojos de toda Europa gracias al duelo fratricida que disputarán en el Estadio Olímpico de Luzhniki en Moscú. El ganador entonará el 'We are de Champions'.

Una estatua de Lenin custodia el estadio donde se enfrentarán (miércoles, 20:45 h.) los dos mejores equipos del Viejo Continente. Allí, Manchester y Chelsea pondrán en liza dos formas domar un balón igual de sólidas, efectivas y espectaculares. Los 'Red Devils' buscarán su tercera Copa de Europa mostrando sus viscerales valores del fútbol ofensivo y respetuoso con las tradiciones inglesas. La armada 'blue', hará lo propio derrochando una dosis de argamasa, oficio y pulmones para conseguir su primer entorchado continental.

Será el primer duelo inglés en una final de Champions y el tercero entre equipos del mismo país: Real Madrid-Valencia (2000) y Milán-Juventus (2003). Para lograr el objetivo, el Manchester se encomienda a la solidez defensiva mostrada durante toda la temporada  gracias a hombres como Evrá, Vidic o Rio Ferdinand (sólo encajaron 22 goles en 38 partidos de la Premier), a la sabiduría de Scholes y al talento de su punta del iceberg, donde viven y campan a sus anchas Tévez, Rooney y el futuro Balón de Oro Cristiano Ronaldo. Un superdotado del balón que con el tiempo ha ganado en magnanimidad, liderazgo  y efectividad.

Velocidad controlada vs. fiereza africana

Cristiano es el prototipo de futbolista total que busca el gol: en carrera, de falta, rematando de cabeza o realizando imprevisibles cambios de ritmo. Lejos de él, y vestido de azul, se encuentra un felino con garras afiladas y guadaña en mano que se nutre perforando porterías. Se llama Didier Drogba, juega en el Chelsea y encarna los principales automatismos de un equipo con potencia (Essien), destrucción (Ballack), velocidad (Cole) y experiencia (Mekelele). Precisamente el marfileño, junto a Lampard, fueron los héroes de la semifinal contra el Liverpool en Stamford Bridge ya que sus dos goles permitieron a Abramovich soñar con Rusia, su casa, donde espera encontrar la ansiada felicidad que buscaba a través del dinero derrochado.

Sólo el destino quiso que este momento, situado a la misma distancia del éxito que del fracaso, lo encarara con Avram Grant. Nacido en Tel Aviv  y amigo personal del magnate ruso, este entrenador sustituyó a Mourinho, que nunca pudo llevar al equipo donde sí lo metió el israelí, una antítesis del portugués. Si Ferguson es adulado por casi todo el mundo por haber sido fiel a unas ideas durante 22 años, Grant es criticado por su fútbol aburrido y falta de identidad. Uno ya es toda una leyenda en Manchester; el otro está a un escalón de acariciar el oro de Moscú. Ése que de momento protege en silencio la escultura del líder bolchevique.