¿El movimiento cinematográfico del siglo XXI? Llámalo mumblecore.

Un estilo independiente basado en filmación DV. Nada que ocultar. Realismo puro y duro, producciones de bajo presupuesto y el guión improvisado casi todo el tiempo de manera bastante elocuente. El mumblecore retrata el universo mundano de los postgraduados y sus actores no tienen por qué ser profesionales. Todo tiene un aire documental, de grabación casera. De hecho, puede que esto sea más un estado de ánimo, que un movimiento consolidado y estático.

Póster oficial de Baghead

Se trata de largometrajes hechos por y para la generación que se encuentra entre los 20 y los 30, hijos de la clase media, mamadores consumados de ocio, que se han encontrado licenciados en una carrera y que no saben muy bien hacia donde tirar en sus vidas. Jóvenes que aceptan la temporalidad de los empleos como algo inherente a los mismos y que sienten que tienen mucho más que ofrecer que lo que el sistema quiere de ellos. Asimismo, también son jóvenes sin preocupaciones serias y cuyos propósitos son tan banales como “aprender a jugar al ajedrez” o “empezar a ir al gimnasio”.

Debe haber entre unas 10 y 20 películas que pudieran ser “catalogadas” como mumblecore, pero la que sin duda marcó el inicio de este improvisado movimiento fue Funny Ha Ha de Andrew Bujalski (2002), en la que Marnie, de 23 años, busca por igual empleo y relación amorosa, con momentos y resultados bastante decepcionantes. Son varios meses de incursión en la vida de una joven que pasea con curiosidad por los límites de la vida adulta.

Ha habido varios éxitos de taquilla e incluso algún que otro flirteo con Hollywood. Puffy Chair, de Jay y Mark Duplass obtuvo una considerable repercusión en el cine y aún más en dvd, gracias, sobre todo, a una agresiva promoción con usuarios de Netflix, un servicio de alquiler de películas online que opera en Estados Unidos. Sin embargo, el éxito que pueden llegar a tener estas modestas producciones suele estar mas provocado por el boca a boca, o el “post a post” si consideramos que nos encontramos en la era 2.0 y que los blogs son actualmente una de las herramientas más efectivas y espontáneas de transmitir un mensaje.

De todas formas, en los medios especializados norteamericanos, se contempla a los directores de mumblecore como espíritus libres de la ansiedad de la que sufren los directores indies a los que estamos acostumbrados, que se pasean por todos los festivales con su producto debajo del brazo y que rezan por poder llegar a venderlos. “Son películas que se perciben más como un diálogo entre los directores y la audiencia que como tarjetas de presentación para los estudios” (Scott Macaulay, veterano productor independiente, también editor de la interesante Filmmaker magazine)

A pesar del espíritu “anti Sundance”, Sony Pictures Classics compró en el citado Festival los derechos de distribución en Norteamérica de Baghead, también obra de los hermanos Duplass. Una comedia bastante bien recibida por la crítica y público del citado festival, que explora las relaciones entre los miembros de un grupo de actores desesperados, que se encuentran rodando una producción independiente.

Aunque oficialmente este movimiento ha sido bautizado como “The New York Talkies: Generación DIY” (Comunicadores de Nueva York: La generación del hazlo tú mismo), el término “mumblecore” (que podría ser traducido como el arte de farfullar y que se hizo público por primera vez de forma jocosa en el entorno del señor Bujalski) no hace demasiada gracia a sus directores, que prefieren no ser catalogados, a pesar de reconocer que les unen un espíritu y estilo comunes.

Por masquecine