VIAJANDO POR LA SELVA NEGRA  

                       Mientras leemos que algún joven estudiante se pierde en la selva...

                          ...   Un grupo de excursionistas hemos andado, sin perdernos por esas latitudes, hacia el este y al sur de Alemania. Selva negra llamada por la intensa vegetación y carácter sombrío de su interior. No existen lianas ni plantas a distintos niveles pero sus abetos y otras especies como las hayas y fresnos se encuentran tan juntas entre sí y son de tal envergadura que no llega la luz a su interior.

                             Obviamente no hemos estado siempre en la selva, ni con taparrabos ni envueltos en pieles. En esa región del sur de Alemania se encuentran un conjunto de ciudades que aunque solo tengan 65 años desde la reconstrucción parece que no existiera ese período que nos convirtió más que en una rza superior en lo más sanguinario y destructor de la escala animal durante los años de la conflagración guerrera mundial. Sin embargo da la sensación que la pátina de antigüedad no la hubiera perdido. No ha perdido su encanto ni su belleza. Su armonía y cuidado del entorno. La planificación, el orden, su carácter pregmático y su alto desarollo.

                            No se ve humo en la atmósfera, ni en los establecimientos de hostelería. Respetan a sus convecinos. Protegen las ciudades del ruido del tráfico. No se oyen bocinas, no hay ruido. Existe suficiente cinturón verde para descontaminar y limpiar la atmósfera y tampoco existen grandes aglomeraciones en las ciudades. No existen monstruos de varios millones de habitantes diseñados por paco el pocero ni otros artistas  semejantes. Llama la atención que los alemanes usen la bicicleta con profusión y que tengan carriles bici en lugar de M-treintas cubiertas y otras emes camino de lo mismo
. No funcionan los camiones en días festivos y se circula con fluidez.

                            Uds me dirán:_ Viene enamorado de Alemania o de sus fraus. Podía sentir afecto, porque hay suficientes walquirias, con ojos azules y al parecer pelo natural. Pero no, no es el caso. He venido sorprendido. Uno cree que la imágen que tenemos de los demás por lo que nos han ido enseñando o integrando en nuestra mente es de bárbaros. Tal vez en alguna época lo fueran pero aman las flores, cuidan los jardines y las plantas, respetan la naturaleza. Tal vez hayan querido olvidar para siempre el genocidio y otros horrores. Sin embargo es un gran país que cultiva la tierra casi al cien por cien que ha dado grandes pensadores y grandes músicos y que es el primero en muchas cosas. Me encantaría mucho poder imitarles y que las visitas que nos dispensan pudiéramos hacerla recíproca. Aprenderíamos mucho