PRIMERO  FUTBOL,  DESPUES ...

  Dios dirá, o dios proveerá hijo mío.

                 Esto del fútbol está cada día peor. Hace unos días hice un análisis e alguna faceta incomprensible para los que no hacemos deporte de élite y hemos dedicado nuestra vida o nuestra cabeza a otros menesteres. Vamos bien de cabeza pero mal de pies y no somos delanteros centro. Por eso no entendemos. Sabemos que se cotiza muy alto el ser figura en cualquier deporte.

                 Ayer, este era malo, hoy vuelve a valer. Pero el que se tiene que ir es el entrenador. Se marcha y con una partida de millones que no la ganaremos probablemente en toda nuestra vida profesional. El caso es que los tienen por buenos, maravillosos, entendidos. Pero si los jugadores dicen que no, es que no.

                 Ellos tampoco los comprendemos, solo para entendidos y resulta que cuando juegan mal es que quieren más dinero. Para volverse loco. En mi análisi pasado reclamaba algo de orden que cuando vienen mal dadas claman al cielo y a las alturas para que se hagan cargo del desastre, para que cobren y para que se resuelva el contencioso. Ya lo tenemos ahí ¿Y ahora qué?