59 segundos en uno

O lo que se tarda en decir sí, pero no.La verdad, todavía no entiendo a qué fue ayer Esperanza Aguirre al programa “59 segundos”, y menos que lo colocaran en prime time. No sé a qué juega, o para ser más explícito, no me gusta a lo que juega, como no me gusta que jueguen conmigo como espectador y como ciudadano.

Esperanza Aguirre

El programa terminó de la misma manera que empezó, es decir, sin aclarar nada. La “indecisa Esperanza Aguirre” fue más indecisa y opaca que nunca. Hasta tal punto lo fue, que todos los periodistas de los medios allí representados coincidieron en un lugar común: aquí no hay titula y donde no hay titular no existe la noticia.

Ahora sólo queda imagina, elucubrar, cuál es la jugada que tiene en mente la lideresa. Ahora sólo resta configurar el puzle de las cábalas. Pero ayer convocó a más de tres millones de televidentes para decir lo mismo que ha venido diciendo hasta ahora, o sea, nada de nada.

Lo único resaltable, el ejercicio de la visibilidad. Esa maniobra política de partida de cartas consistente en dejar bien claro ¿ojo, que aquí estoy yo y llevo juego! Tengo la impresión de que Esperanza Aguirre sólo fue a la televisión a enviarle mensajes subliminales a sus rivales de partido y, en especial, a Rajoy. Y hasta tal punto fue hábil, que consiguió que la noticia fuese que no había noticia. Un buen aviso para navegantes.

Sin embargo, habrá que ver cómo reaccionan los miembros del partido. Tanto los que estén dispuestos a ofrecerle su aval de cara al congreso, como sus oponentes más directos. Gallardón seguro que habrá tomado nota del órdago de su presidenta de comunidad. Y Rajoy deberá leer entre líneas su mensaje a la hora de configurar la nueva cúpula dirigente del PP y su programa político.

Hay quien dice que la lideresa no está sola en esto, no es su estilo y es una travesía demasiado complicada como para hacerla sola. Hay quien opina que un acróstico empuja desde la sombra con fuerza, y no me extrañaría nada.

Lo que sí tengo claro es que en el PP todavía hay una ardua batalla por librar y que ayer nos tomaron el pelo como a colegiales. Habrá que esperar a las vísperas del congreso para aclarar dudas y a que se despeje el nublado cielo de la derecha española para poder ver el sol.