Guerra de género en los medios

El patio mediático está que arde, la reacción de la derecha mediática al reparto de carteras del Presidente Zapatero ha levantado ampollas entre los profesionales de los medios de comunicación. La última secuela, la furibunda respuesta de Daniel Anido, director de la Cadena Ser, a través un artículo titulado “La baba en la pluma” publicado en la web de la emisora.

De los integrantes del batallón de la derecha mediática sólo se ha hecho eco, hasta ahora, Libertad Digital, que arremete contra la desmesura del artículo de Anido por su “ristra de insultos contra los periodistas que creen no ven impedimento en que una ministra sea mujer para criticarla” y al que acusan de que “irrumpe en plan machito en defensa de las pobres ministras, que, al parecer, por el hecho de ser mujeres deberían de estar al margen de la crítica, a veces mordaz, que conlleva la vida política”.

Los blogueros han sido más rápidos y ya han plasmado en sus sitios el inicio de las hostilidades. Así lo ha hecho Ignacio Escolar, director del diario Público, en su blog Escolar.net y Nacho de la Fuente en La Huella Digital.

Sin embargo los directamente aludidos como los “ilustres burgos, ansones, losantos, pejotas, usias y alguna que otra schlichting” dan la callada por respuesta de momento, salvo que hayan interpuesto un demanda de urgencia en cualquier juzgado de Madrid.

Y es que el artículo es fuerte y se le nota la rabia contenida, supongo que contra esa  aberración machista que se empeña hasta la saciedad en que la mujer se perpetúe como un objeto decorativo. Me imagino que esto no ha hecho sino comenzar, ahora los expertos en manipular la información tienen carnaza nueva para rato. Incluso puede que se olviden de Rajoy y su incierta sucesión.

Pero lo cierto es que es indignante el tratamiento que dichos medios han dado a la información. Y no lo es sólo porque uno piense de manera diferente, que también. Sino porque equivocan y manipulan los términos a conciencia con la descarada intención de que el mensaje que llegue sea el que ellos tienen más que estudiado.

No me vale que se quejen ahora de que todo ha sido por el hecho de criticar a una mujer que accede a un cargo público, lo que me jode es que lo hacen porque es mujer y sólo por eso. El colmo de la hipocresía de todos estos cuenta historias de pacotilla es que ahora, cuando se ha hecho público que también Berlusconi va a proporcionar “una mano de rosa” a su futuro gabinete, todos callan como losas. Se limitan a recoger la noticia de la forma más aséptica posible y ahí quedo la cosa.

A alguno de los aludidos le he tenido que leer sobre la inutilidad de Carmen Chacón, a la sazón nueva Ministra de Defensa, porque “tan sólo le adorna una licenciatura en económicas” para el cargo y a otro que “se nombra ministra de Defensa a una señora que se reconoce pacifista, que ha repetido que el Ejército tiene que dedicarse a labores de asistencia social” incapacitándonos, ya de paso, a una gran mayoría de españoles para cualquier cargo de responsabilidad pública.

Sin embargo, ante el caso italiano de su seguramente muy admirado “Cavaliere”, no dicen ni mú cuando se hace oficial el casi seguro nombramiento de una ex modelo y presentadora de televisión, Mara Carfagna, al frente de un ministerio en el ejecutivo italiano. Seguramente porque el currículum de esta señora no tiene parangón en comparación con una pobre y mísera licenciatura en económicas. En el diario El mundo, ese gran velador por evitar la incompetencia en los gobiernos de este país (aunque sólo en los que no le gustan) se limitan a mostrar una galería fotográfica de la susodicha, nada acerca de las aptitudes y méritos para el cargo de la ex modelo, y en el diario ABC, la salvaguarda moral y de la fe de Occidente, hacen un especial énfasis en resaltar lo “guapa” que es y sus indiscutibles “dotes culinarias en la elaboración de sushi”, a lo que se ve indispensables para un excelente ejercicio del cargo en la cartera de Familia, que es al parecer la que le van a otorgar.

Lo que más me indigna de todo esto es que después son ellos los que se llenan la boca con la palabra “patria” y se les corta la respiración hinchando el pecho de amor a España. Y pretenden, encima, que los demás nos lo traguemos.