Nombres y más nombres

La blogosfera está llena de opiniones sobre el nuevo Gobierno de Zapatero. Todo se comenta. Los que siguen, los que se van, las caras nuevas y los porqués y cotilleos de eso que a mí me gusta llamar política de patio de vecinos, es decir, de nombres, cargos y aspiraciones personales. Yo tampoco me resisto a comentar la composición del nuevo Ejecutivo, que ha sido adelantada esta mañana -con total exactitud- por Público y El País. Comparto con vosotros algunas pinceladas:

1- Situar a Carme Chacón en Defensa me parece desperdiciar su talento, por muy novedoso que sea una mujer al frente de ese Ministerio. Su perfil social y moderno, que conecta bien con los jóvenes, no pega ni con cola al frente de los soldados, tanques y demás asuntos militares.

2- Las quinielas han fallado al dar casi por segura la salida de Magdalena Álvarez del Gobierno. No me parece mal que siga, pero el colmo es que Zapatero diga que Cataluña ha respaldado su labor "de manera singular" en las elecciones. Suena a broma de mal gusto, por mucho que el AVE ya esté inaugurado.

3- No le encuentro mucho sentido a que Mercedes Cabrera pierda la gestión del sistema universitario, de cuya reforma se responsabilizó, y sin embargo asuma Asuntos Sociales, que podría haber constituido un ministerio propio.

4- Me gusta la entrada de Miguel Sebastián y que lo haga con responsabilidades en el área económica. Fue valiente al presentarse a la Alcaldía de Madrid y triste su final al irse por la puerta pequeña. Además, demuestra su influencia en Zapatero al introducir en el Gobierno a dos personas de su confianza, Beatriz Corredor y Cristina Garmendia, que se ocuparán de Vivienda y Ciencia e Innovación respectivamente. Quién sabe si Sebastián acabará siendo el nuevo Solbes cuando éste se jubile.

5- Crear un Ministerio de Igualdad es tan absurdo como lo fue crear el de Vivienda. Son departamentos florero, con más afán propagandístico que competencias, en los que el nombre es lo más importante. Las políticas de igualdad son transversales, corresponden a distintos ministerios, y basta con coordinarlas. Si Zapatero hubiera optado por crear un Ministerio de Asuntos Sociales, le podía haber añadido la coletilla de la igualdad. Pero ha optado por crear un departamento específico y encomendárselo a Bibiana Aído, que a sus 31 años va a ser la ministra más joven de la democracia. El problema no es que le falte currículum o talento, sino que hay edades para todo y en España tenemos la mala costumbre de quemar pronto a los políticos.

6- Me encantaría saber qué ha ocurrido realmente entre el presidente y Jesús Caldera para que éste deje el Gobierno y se vaya a montar una FAES en versión socialista. Me cuesta creer que Zapatero le de tanta importancia a esa fundación como para prescindir de quien ha sido uno de sus hombres de mayor confianza.

pablo@pablourbiola.com