El viaje alucinante de los atunes de Cádiz

Los atunes son extraídos de la misma almadraba a una jaula sintética de 25 metros cuadrados y transportados mediante un helicóptero, siempre sumergidos bajo el mar y a muy baja velocidad, hasta la planta de reproducción, donde son introducidos uno a uno a través de una apertura en el techo de la nave. Una vez allí se inicia el proceso de reproducción.

Es el innovador proyecto estrella de la Bahía de Cádiz, que al parecer tiene por fin vía libre, y que consiste en la cría de alevines de atún rojo, para su posterior comercialización en las granjas de engorde del Mediterráneo, sobre todo francesas, turcas y catalanas.

Pretende ponerlo en marcha Futura Blue, una empresa integrada en la danesa Uniaqua, que ya ha puesto en marcha proyectos similares en Australia. La factoría se ubicará en el Puerto de Santamaría y ocupará una parcela de 30.000 metros cuadrados, con una inversión de unos 15 millones de euros.

Tal y como están las cosas por esos lares, no deja de ser una excelente noticia para unas de las zonas más depauperadas económicamente y en cuestión de empleo de todo el país.

Sin embargo no todas las voces son de alegría, ya que desde hace años la situación del atún rojo es la de una especie al borde de la extinción por culpa de la sobre pesca y de su captura para el engorde en las piscifactorías, lo que ha producido que las organizaciones ecologistas hayan orquestado campañas de denuncia al respecto y que una organización como la FAO se haya pronunciado también sobre el asunto.

No siempre resulta fácil compaginar desarrollo y sostenibilidad. Esperemos que en esta ocasión la creación de empleo y la inyección económica, tan necesaria para una de las zonas más castigadas de España, sean compatibles con la adopción de las garantías suficientes de sostenibilidad que permitan que nadie salga perjudicado y que el ambicioso proyecto pueda ser una realidad viable. La tan castigada gente de la Bahía de Cádiz se lo merece.