La libertad según Aznar

La Real Academia de la Lengua  Española (RAE) define al cinismo como “desvergüenza en el mentir o en la defensa y práctica de acciones o doctrinas vituperables”. El adjetivo cínico se aplica a los filósofos griegos de la escuela de Antístenes, de los que el más destacado es Diógenes. Sin embargo, tras la entrevista concedida al programa Broadcasting House de Radio 4 en la BBC, no me extrañaría que se cambiase la definición y se incluyera en la nueva alguna referencia al ex Presidente del Gobierno español José María Aznar.

Anar en las Azores

En declaraciones al citado programa, Aznar aseguró, en referencia a la Guerra de Iraq, que se tomó “la decisión acertada” y que hoy actuaría de “la misma forma”. Y en el colmo del cinismo “antisténico” aseguró que “hay libertad en el país, hay posibilidades de establecer una democracia. La seguridad es mejor. No es una situación idílica, pero es una situación muy buena”.

Y es que a mí nunca ha dejado de sorprenderme el concepto que tiene de la libertad el que fuera Presidente del Gobierno de mi país durante ocho años.

Libertad es vivir en un estado de guerra permanente, con un clima de inseguridad y pobreza sin precedentes, en un país cuyas reservas petrolíferas son las segundas del mundo, que auguraban un desarrollo potencial sin precedentes en la zona. Un país donde la escasez de agua, alimentos y medicinas está llevando a la población al borde de la desesperanza.

Libertad, según este señor,  es una estadística de más de 90.000 civiles muertos en actos violentos, más de un millón como consecuencia de la guerra y 4,5 millones de civiles desplazados, que huyen del caos y el horror terrorista instalado en las vidas cotidianas de la gente libre.

El precio de esa libertad tan ansiada, según cuenta en su libro “La guerra de los tres billones de dólares” el economista del Banco Mundial y premio Nobel Joseph Stiglitz, rondará los dos billones de euros, importe sólo superado en la historia de la humanidad por lo que costó la II Guerra Mundial.

Y es que, con semejante concepto de la libertad, no me extraña que existan voces que pidan el enjuiciamiento de este señor, entre ellas la del Ayuntamiento de la ciudad en donde habito.

Espero que no se le ocurra jamás hacer una cruzada mundial para defender esa libertad tan extraña que él concibe, so pena de poner en peligro a la humanidad entera.