¿Qué fue del 'Hijo de Afrodita' cuarenta años después?

A finales de los 60s nace el 'Hijo de Afrodita' (Aphrodite's Child), un grupo de rock progresivo que dejaría como legado tres álbumes para la posteridad, que aún hoy se recuerdan. Pero puede que su gran aportación a la música no fueran esos trabajos, si no la revelación de dos grandes figuras que emprendieron su carrera en solitario y que siguen siendo referentes para personas sensibles y melómanas. Estamos hablando de Vangelis (Evangelos Odyssey Papathanassiou) y Demis Roussos (Artemios Ventouris Roussos), posiblemente los dos mejores músicos griegos -aunque Roussos naciera en Egipto- de la historia moderna.

En el centro de la imagen, Demis Roussos y a la derecha Vangelis en su etapa de "hijos de afrodita"

No fueron profetas en su tierra, ya que en 1967 se forma el grupo y en menos de un año deciden marchar a Londres, viaje que nunca se realizaría, quedándose el grupo parcialmente desmembrado, puesto que  su guitarrista se veía sujeto al país heleno, por no estar cumpliendo el servicio militar. Si llegaron a París, y es en la capital gala donde componen su primer 'hit', "Rain and Tears", fruto de una adaptación del Canon en Re mayor de Pachelbel, que publicarían con la discográfica Mercury Records. Su estilo entre la psicodelia y las baladas de grupos como The Moody Blues, les llevó al 'Olimpo' a una velocidad de vértigo, lanzando a continuación otro gran éxito "End of the World".

Por suerte o por desgracia, el fin de la banda llegaría allá por 1971, cuando el rumbo del grupo no queda claro ni consensuado entre sus integrantes, y comienzan con sus apuestas personales tanto Roussos como Vangelis, grabando el primero la famosa canción "We shall dance" y creando el segundo la música para el documental "L’Apocalypse des Animaux", con perlas que permanecen en la memoria como "La petite fille de la mer".

Se bifurca ese 'Hijo de Afrodita' en dos caminos distintos, que por el contrario, se podría considerar complementarios. Vangelis apuesta por su trabajo como compositor de música electrónica, prescindiendo de letras y haciendo poesía musical, mientras que Roussos, con su voz sensible que tiembla y tintinea como una catedral de cristal en el punto inestable antes de quebrarse, apuesta por la música vocal quizás más sencilla pero cautivadora y directa, basada en el romanticismo de sus letras.

Así, el gran teclista comienza a dejar trabajos para la posteridad como las partituras de Carros de fuego (ganadora del Oscar a la mejor banda sonora en 1981) y Blade Runner (1982) y 1492: La Conquista del Paraíso, o trabajos como Antarctica (1983) y Mythodea. Music for the NASA Mission 2001: Mars Odyssey (2002). Roussos por su parte, cuelga el bajo eléctrico y comienza a fabricar perlas como "Velvet Mornings" (Mañanas de Terciopelo), "Goodbye, My love, Goodbye" (Adios amor mío, adios) o "Lovely Lady of Arcadia" (Preciosa Señorita de Arcadia), con versiones en español.

Casi todos estos éxitos, tanto de uno como de otro, han sido escuchados en nuestras casas -caso de Demis Roussos, que lo hemos visto en fin de año y mil galas más de TVE-, o escuchados en la radio, como el caso de Pulsar, que fue cabecera de la Cadena Ser durante mucho tiempo. Ahora ambos artistas se encuentran en un momento más reposado, aunque radiantes al cumplir 40 años en el dificil mundo de la música que tanto ha cambiado desde sus inicios.

Vangelis en la actualidad se encuentra recluido en su música, concretamente en una iniciativa denominada Proyecto Argos, trabajo del que por el momento no se conocen detalles. El año pasado se encargó de dar marco musical al filme de Iannis Smaragdis "El Greco". El cantante del kaftan tiene previsto un tour para celebrar esas cuatro décadas de trabajo en el escenario, y la gira que comenzará en mayo y le llevará por diferentes ciudades europeas, y en el continente americano a Las Vegas y Nueva York.


Para los aficionados a la buena música, aquí van unos vídeos interesantes:

• Rain and tears

• End of the world

• I want to live

• Spring, summer, winter and fall