Y en Lugo, donde ha hecho recordar sus mejores tiempos.
Un Felipe González maduro, pletórico, tranquilo y optimista. Maduro, demostrando su saber estar, sus tablas y su dominio de la palabra, de saber hablar al público, pero desde la madurez adquirida en su brega política , en sus años al frente de un país convulsionado, en pleno cambio y transformación. Un político hablando con conocimiento de causa, sin crispaciónsonriente y democrático, sabiendo lo que es perder y ganar. No buscando su voto ya que no es candidato.
Pletórico, demostrando su intelecto en buen uso, con un discurso, bien armado y con gran sentido del humor. Tranquilo por que no ha precisado elevar demasiado la voz, ni ser demasiado vehemente, buen comunicador y muy optimista, sobre todo con el genero femenino al que ha alabado y ha subrayado su inteligencia, el valor más preciado de un ser humano
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