Toshiba planea abandonar la producción de su formato de alta definición HD-DVD, dejando el camino libre a blu-ray, que tendrá que verse las caras con el DVD tradicional.
La compañía nipona Toshiba, principal impulsora del formato para alta definición HD-DVD, se está pensando muy seriamente abandonar la producción de este formato. Esta decisión, de confirmarse, sería el certificado de defunción para este tipo de disco y la confirmación de la victoria del blu-ray de Sony en la guerra por la alta definición. La estrategia de Sony a nivel global, incorporando su reproductor de alta definición en la consola Playstation 3, ha generado de la noche a la mañana un parque de lectores blu-ray con el que HD-DVD hasta ahora solo puede soñar. A la alta definición aún le queda mucho tiempo antes de ser implantada masivamente, pero esta diferencia en el número de reproductores ha repercutido directamente en las ventas de películas, dejando al HD-DVD una cuota de mercado verdaderamente marginal. Demasiado marginal para que Toshiba pueda mantener su producción con el tímido apoyo de Microsoft y alguna gran productora.
Pero haber ganado la guerra de la alta definición no quiere decir que mañana tengamos un láser azul cada uno en nuestra casa. Ahora comienza la parte más dura de la batalla para Sony, que es desbancar al DVD tradicional que tan implantado se encuentra. El DVD desbancó a las cintas de video, entre otros motivos, porque las ventajas que ofrecía calaron muy bien entre el público. El DVD supuso el fin del desgaste de las cintas. La calidad de imagen era muy buena, sin dejar de serlo nunca a pesar de visionar constantemente el disco. Además, era mucho más sencillo de transportar e incluso barato de producir. Una ventaja para todo el mundo.
Ahora la situación es distinta. Muy pocos son los que han pedido la sustitución del DVD. Bien es cierto que el parque de televisiones de alta definición crece una barbaridad cada año, pero también es verdad que su uso masivo es para ver DVD's, Div-X e incluso screeners comprados en las mantas que pueblan nuestras calles. En esta situación, la alta definición parece ser un requisito solo para unos pocos. Y este va a ser el principal reto de Sony, mostrar las bondades de su blu-ray y crear la necesidad a un comprador que necesita una justificación para gastar más de 50 euros en un reproductor. El precio del láser azul sin duda bajará, pero, ¿ cuanto podrá aguantar Sony vendiendo reproductores únicamente a un público minoritario ?
Pero este no es el único interrogante. Mientras el público demande DVD's, el cine se venderá en DVD, minando las posibilidades de crecimiento de blu-ray. Además, formatos reescribibles como las memorias flash o los discos duros portátiles ya gozan del favor masivo del público. No convienen a las distribuidoras, pero al consumidor le resulta muy cómodo transportar así sus películas, en alta definición o no. Con lo cual la guerra por la alta definición podría acabar extendiéndose más allá del ámbito de los discos. Por lo tanto, la batalla no ha acabado, tan solo ha escrito su primera página.
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