Ziganda: Teníais que estar todos muertos como Puerta. Así titula Jesús Alvarado un post de su blog.
Jesús Alvarado no es periodista. Es un sevillista que colabora con la radio oficial del Sevilla Fútbol Club y tiene un blog sevillista, una bitácora personal donde habla del equipo de sus amores y de los míos.
Jesús Alvarado no es objetivo, no tiene por qué serlo, y además lo dice en la cabecera de su barra lateral del blog con toda claridad. Él escribe desde su sevillismo, desde su particular manera de sentirlo, y como tal hay que respetarlo.
Jesús Alvarado, cuyo blog es muy popular entre la afición del Sevilla, levanta pasiones y odios entre los aficionados del Sevilla FC. Hay quien lo considera la voz del sevillismo y otros que opinan que no es más que un fanático, un talibán de los colores que no atiende a otro tipo de razones que el amor a los colores de su club por encima de todo. También hay a quien le da igual lo que diga Jesús Alvarado.
Yo no tengo una opinión sobre Jesús Alvarado, tampoco lo conozco personalmente, sólo de verlo mientras realiza su trabajo en el Ramón Sánchez Pizjuán. A veces comparto sus opiniones y otras no, como me pasa con cualquiera de las personas con las que hablo o a las que leo.
Pero lo que escribió ayer Jesús Alvarado en su blog es muy, pero que my grave. Las palabras puestas en boca de Ziganda trascienden lo deportivo y de lo que normalmente se califica como un calentamiento por el fragor de la contienda.
Esas palabras, de ser ciertas, incitan gravemente a la violencia y apuñalan con saña la herida aún abierta por donde sangra el corazón sevillista y sevillano.
Tampoco conozco al cuco Ziganda y la idea que tengo de él no concuerda para nada con la gravedad de esas palabras. Las declaraciones que efectuó tras el partido, pidiendo perdón por haber perdido los nervios, tampoco, ésa es la verdad. Ziganda ha desmentido públicamente las palabras que Alvarado pone en su boca y anuncia que Osasuna tomará medidas legales, cosa que me parece muy necesario para que se aclare todo este lío. Jesús Alvarado se ha ratificado en lo dicho en un post posterior.
Muy seguro tiene que estar Jesús Alvarado para verter esas acusaciones en Internet, o tiene que ser un loco si no es así. Las consecuencias, en cualquier caso, pueden ser graves e importantes.
Lo que sí tengo muy claro, por el bien del fútbol y de todo el tinglado que lo rodea, es que se hace necesario aclarar este asunto al precio que sea. Un partido finaliza con el pitido del árbitro y todo debe quedarse ahí. Un hecho tan grave como las acusaciones que Jesús Alvarado ha vertido sobre Ziganda sólo puede restañarse con el bálsamo de la verdad y, ahora, es más justo y necesario que nunca que se haga.
Y el que haya mentido, pues que cargue con todas las consecuencias.
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