Cargar gasolina en el autoservicio puede ser una decisión económica de alto riesgo que puede resultar muy cara.
Si eres de las personas que cuando cierras la puerta de tu auto sufres de golpes eléctricos en tus manos: eres una persona de alto riesgo para cargar gasolina en un autoservicio. Sin embargo, si no sufres de estas experiencias: no estás a salvo. La electricidad estática en el organismo se produce como consecuencia del movimiento corporal al bajarse del auto, esto se incrementa cuando los asientos están tapizados con telas peludas, de mezclas de tejidos sintéticos e, incrementa, si la ropa es de tejidos sintéticos o lleva un buen componente de los mismos. Cuando estas telas se frotan como consecuencia del movimiento humano, se produce electricidad estática. Al colocar el pie en el suelo y la mano en la lata del automóvil, se produce un choque de cargas eléctricas que generan el golpe que recibimos en la mano. Sin embargo, el peligro consiste en que, cuando se recurre al autoservicio, la persona cargada eléctricamente, toca la pistola de la gasolina, se produce la descarga eléctrica que hace explotar a los gases de la gasolina produciéndose un incendio que podrá inflamar la gasolina o quemar las extremidades de la persona. Es mejor mantenerse dentro del auto y pagar un poquito más, pero evitar el riesgo del autoservicio. Debemos acostumbrarnos a tocar la lata del auto antes de tocar el suelo con el pié, de ésta forma descargaremos la electricidad estática en el vehículo y no en nosotros.
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