El llamado triple play de las telecomunicaciones en México ha desatado un fuerte combate entre dos de los más importantes actores en este tema: la telefónica Teléfonos de México (Telmex) y su, ahora contraparte, la Cámara Nacional de la Industria de Telecomunicaciones por Cable (Canitec).
Los servicios de telecomunicaciones están divididos, principalmente, en cuatro incisos escenciales: la telefonía, el internet, la radio y la televisión. En 2007, se actualizó y modificó la Ley de Telecomunicaciones y con esto, la renovación y posible modificación de las concesiones a las empresas prestadoras de servicios en telecomunicación; en dicha ley se contempla el prestar servicios de telefonía, internet y televisión por cable en un mismo paquete comercial, el triple play; en ese momento la Canitec levantó la queja al acusar directamente a la Comisión Federal de Competencia (Cofeco) de no incentivar la libre y sana competencia y de ser benévolo con algunas empresas en claro perjuicio del consumidor. Principalmente se refirió, en voz de su presidente Alejandro Puente, a Telmex, que ya presta servicios de telefonía e internet en conjunto, siendo la empresa dominante con el 94% del mercado en telefonía fija.
La Canitec reune a más de 200 empresas que prestan el servicio de televisión por cable y su demanda de balance competitivo es genuina. Ciro Gómez Leyva, en su columna de Milenio Diario, lo explica así: Están (los cableros) en pleno derecho de opositar al poderoso y presionar para que el gobierno lo declare actor dominante y le imponga normas más estrictas. Están en su derecho de maniobrar y buscar mejores condiciones de mercado Claro que se celebra que cualquier empresa exprese, estrepitosamente, ante la disparidad, sus distintos puntos de vista. En este caso, cómo culpar a la Canitec de hacer valer su opinión y tartar de defender su mercado.
Telmex, propiedad de Carlos Slim Helú, el hombre más rico del mundo según Eduardo García de Sentido Común basado en Forbes, tiene una visión completamente fría, estratégica, vamos empresarial, lo que lo aleja del emblandecimiento en sus acciones competitivas. Al abrirse la oportunidad de integrar un servicio más al combo ya prestado y así aumentar su ya inmenso mercado, jamás dudó ni dudará en atraerlo.
¿A quién culpar, a David o a Goliath? ¿los dos tienen su verdad legítima? La Canitec desea que Telmex no entre en el negocio de la televisión por cable, pues así no habría oportunidad alguna para sus agremiados; este deseo lo presentará bajo cualquier color y matiz para lograr su objetivo. Telmex quiere, con todas las de la ley en la mano, entrar a la televisión por cable y así ¿ser más grande? Le toca a la Cofeco regular esta concesión, ya sea como empresa dominante o como cualquier hijo de vecina.
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