Por supuesto, esto no es una inocentada como el post anterior. El dirigente del PP gallego Xosé Cuíña muere en Santiago a los 57 años. El que fuera delfín del incombustible Manuel Fraga y quebradero de cabeza para el PP de Madrid murió esta mañana aquejado de una neumonía que se acabó complicando.
Hasta sus acérrimos enemigos fuera y dentro del partido [que haberlos haylos, y muchos] ensalzarán hoy la labor política del ex número dos del PP gallego y eterno sucesor de «Don Manuel», algo que el establishment de Génova echó por tierra sudando la gota gorda. Ex vicepresidente de la Xunta y poderoso ex conselleiro de Obras Públicas, Cuíña luchó hasta el final de su carrera política por ser el presidente de todos los gallegos. Cayese quien cayese. Al final, os tempos son chegados, y de eso no se salva nadie. Descanse en paz.