Punta Arenas (Chile).- "El peligro es que mucha gente piensa que el calentamiento global no es un problema", advirtió hoy el doctor Paul Mayewski, director del Instituto de Cambio Climático de la Universidad de Maine (Estados Unidos).
"A pesar de que la defensa del sistema natural frente al calentamiento global se está volviendo cada vez más débil, existe el riesgo de que se infravalore el impacto de la acción humana en el cambio climático", explicó en entrevista con Efe.
Paul Mayewski es uno de los sesenta investigadores de todo el mundo que se han dado cita esta semana en la ciudad chilena de Punta Arenas, en el extremo austral de América, para debatir sobre las nuevas evidencias y los retos derivados del Cambio Climático en la Región de Magallanes y la Antártica.
Este investigador, uno de los mayores expertos a nivel mundial, pone como ejemplo lo que sucede en Estados Unidos, donde a pesar de que la evidencia científica del factor humano en el calentamiento global es innegable, el 60% de los ciudadanos se muestra escéptico, tal vez porque el último año ha sido excepcionalmente frío.
"Lo que pasa es que en estos momentos estamos en un periodo de muy baja actividad solar, pero tenemos que tener en cuenta que hay una gran diferencia entre lo que ocurre un año y lo que sucede a largo plazo", explicó.
"El ejemplo clásico es lo que pasó en el hemisferio norte con las emisiones de azufre", señaló.
A comienzos del siglo XX solo se registraban niveles altos cuando había erupciones volcánicas, pero en la década de los sesenta, en pleno auge industrial, los episodios volcánicos no podían observarse, porque quedaron totalmente eclipsados por las emisiones industriales de azufre.
Mayewski aseguró que "eso mismo sucede hoy con el calentamiento global", el sistema natural dependía del clima hasta que los gases de efecto invernadero provocados por la actividad humana empezaron a ser más poderosos.
La incidencia de este fenómeno en la última década es cien veces superior a lo ocurrido en toda la historia del planeta. "Estamos forzando el sistema de una forma muy rápida", advirtió el experto.
En vísperas de la Cumbre de Naciones Unidas sobre Cambio Climático que se celebrará en diciembre en Copenhague, Mayewski hizo un llamamiento en nombre de la comunidad científica a los Gobiernos para que frenen este fenómeno.
Las predicciones científicas no son halagüeñas. De mantenerse el ritmo actual, para el año 2100 se calcula que la temperatura del planeta subirá de cuatro a seis grados más, lo que provocará el derretimiento del 33 por ciento del hielo en la Antártida.
Pero aún será peor en el Ártico, donde para 2050 podría haber desaparecido el 54 por ciento de la masa de hielo, con el consiguiente aumento del nivel del mar.
Aunque este panorama puede parecer apocalíptico, el director del Instituto de Cambio Climático de la Universidad de Maine aseguró que esta generación "tiene la oportunidad de tomar conciencia sobre este fenómeno y empezar a regularlo".
"Hay muchas cosas que los científicos debemos mostrar a la sociedad y especialmente a los políticos, para que los Gobiernos adopten programas de reducción de la emisión de gases de efecto invernadero", manifestó.
Mayewski reconoció que es muy difícil que las industrias recorten en un 20% las emisiones de CO2 si no es porque las autoridades las obligan.
Sin embargo, insistió en que los políticos deben asumir su responsabilidad y aprobar leyes que incentiven este cambio mediante el otorgamiento de beneficios fiscales, como ya se hace en EE.UU. con las compañías que invierten en energías renovables y emplean tecnologías limpias.
"La mezcla de gases de efectos invernadero alrededor de toda la atmósfera y todos los demás contaminantes están causando cáncer y nuevas enfermedades respiratorias y del sistema nervioso. Además, la población aumentará al doble en 40 ó 50 años; por lo tanto, necesitamos una mejor regulación", destacó.
Mayewski opinó que todos deben aportar su grano de arena a esta transformación, pero la principal responsabilidad es de los Gobiernos. "Eso es lo que tiene que suceder en la Cumbre de Copenhague", recalcó.
Y admitió que "no es fácil hacerlo, que no es algo que vaya a suceder de la noche a la mañana", sino que se necesita tiempo para que los ciudadanos, las ONG, las empresas lo asimilen y subrayó la importancia de la política en todo este proceso.
"Si la gran mayoría de la comunidad científica está de acuerdo en los hechos, entonces los Gobiernos deben impulsar un cambio positivo, una revolución económica, un sistema de vida más saludable", agregó.
"Creo que esto va a empezar a estar claro dentro de poco en Estados Unidos con el presidente Barack Obama", confió y aseguró que "no hay absolutamente ninguna razón para no hacerlo. No habrá menos trabajos, al contrario, habrá más trabajo en la nueva industria".
"Ésta es una situación en la que todos saldremos ganando", enfatizó.
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