Tegucigalpa.- Las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional de Honduras pasaron hoy a disposición del Tribunal Supremo Electoral (TSE) para cumplir con la seguridad y otras actividades relacionadas con las elecciones del 29 de noviembre próximo.
El presidente de facto, Roberto Micheletti, entregó simbólicamente el mando de ambas instituciones al titular del TSE, Saúl Escobar, en un acto celebrado en una unidad militar cercana a Tegucigalpa ante distintas autoridades y candidatos presidenciales.
"Estoy poniendo a nuestras Fuerzas Armadas, a nuestra Policía, a disposición del TSE para garantizar el libre ejercicio del sufragio, la custodia, el transporte, la vigilancia de los materiales electorales y demás aspectos de la seguridad del proceso" como dicen la Constitución y otras leyes, dijo Micheletti en su discurso.
Esta función de los militares y policías comienza un mes antes de las elecciones y concluirá cuando el TSE emita la declaración oficial de las nuevas autoridades electas, en fecha que este organismo determina, añadió.
Sin embargo, "esto no quiere decir que nosotros no continuamos cumpliendo con las otras misiones que tenemos", relacionadas con la seguridad del país, dijo a los periodistas el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, general Romeo Vázquez.
Remarcó que la institución militar cumplirá esta función electoral en coordinación con la Policía, cuyo plan de trabajo fue presentado ayer al TSE por el ministro de Seguridad, Jorge Rodas.
El presidente del TSE subrayó la necesidad de garantizar la seguridad del proceso y que así no haya "ningún impedimento para que los hondureños puedan acudir a las urnas".
El depuesto presidente hondureño, Manuel Zelaya, y sus seguidores han amenazado con boicotear el proceso electoral si no se le restituye en el poder, del que fue expulsado el 28 de junio pasado.
En estos comicios, convocados por el TSE un mes antes del golpe de Estado, los hondureños elegirán presidente, diputados y alcaldes para el período 2010-2014, pero la comunidad internacional amenaza con no reconocer sus resultados ni al nuevo Gobierno si no se restituye a Zelaya.
Micheletti señaló en su discurso que "el sufragio es un derecho, pero también una obligación, que no pueden ser perturbados por ninguna voluntad interna o externa", y subrayó: "es una advertencia".
"Este es un proceso electoral muy especial, con muchas expectativas a lo interno pero igualmente a nivel internacional. Un proceso amenazado por voluntades distorsionadas, pero que finalmente hemos salvado y fortalecido a partir del 28 de junio", afirmó.
Además, el proceso "ha sido irracionalmente objetado y condicionado por intereses políticos internacionales", pero las elecciones serán "en la fecha prevista y ninguna voluntad humana nos hará cambiar ese propósito", dijo.
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