Madrid.- El cineasta catalán Marc Recha, cierra el ciclo de su lenguaje intimista y desolador con "Petit Indi", una fábula protagonizada por Marc Soto, Sergi López, Eduardo Noriega y Eulàlia Ramón en la que conviven las constantes de su cine pero en la que se atisban, por primera vez, "la frescura y la luminosidad".
Tras pasar por festivales de prestigio internacional como Locarno, Londres y Valladolid, Recha se enfrentará el próximo fin de semana al público de las salas comerciales, de quien espera que "disfrute y se deje llevar", aseguró hoy en la presentación de la película en Madrid.
Y es que "Petit Indi" es su despedida de unos códigos expresivos que han marcado 22 años de trayectoria, dominada por su admiración por el cine francés, la "confrontación del ser humano con el paisaje" heredada de Terrence Malick y el tiempo que se traduce en una transformación inexorable y destructiva.
A partir de ahora, el hasta ahora nombre bandera del cine minoritario español se dirigirá "hacia la locura del cine que veía con 11 años, ubicado en el género y que te hace vivir un mundo paralelo diseñado únicamente para soñar", aseguró.
"Petit Indi" funciona como bisagra. Más dinámica, "más luminosa, más fresca y más contemplativa" que títulos anteriores como "Pau y su hermano" o "Las manos vacías", que llevaron su cine al Festival de Cannes.
No quería "caer en el neo-neorrelismo" para agudizar la tragedia, sino "alejarse de los intersticios de las cosas para dar una lectura más epidérmica", afirmó.
Esta cinta, para cuya placidez es clave la banda sonora compuesta por el hermano del director, Pau Recha, sigue la vida de Arnau, un adolescente que intenta conseguir el dinero que saque a su madre de la cárcel y que "proyecta su personalidad y si incapacidad de relacionarse con los demás a través de su trato con los animales".
En "Petit Indi" "se aborda la simplicidad de manera contundente" y el hombre se funde con su entorno. Recha define los escenarios de sus películas como "no lugares": esos sitios olvidados, casi extintos a causa de un desarrollo que arrampla con todo.
En concreto, la película -escrita en 2004- se rodó en Vallbona, un barrio marginal a las afueras de Barcelona que ha sido desalojado casi en su totalidad por las obras del tren de alta velocidad.
"Es una película sobre el tiempo que nos ha tocado vivir. Todos los sitios por los que pasa el protagonista se están transformando o han desaparecido", resumió.
"Petit Indi", pese a su apertura a un público más amplio, llega a las pantallas españolas con 16 copias en versión original en catalán. "Las lenguas son importantes para nuestra esencia y nuestra manera de ser. No puedes renunciar a expresarte en tu lengua materna".
Pero aclaró: "No me gusta que este tema se politice ni que las lenguas se utilicen como arma arrojadiza. Las relaciones entre personas son mucho más complejas y mucho más naturales", concluye.
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