Barcelona.- Expertos reunidos en el Hospital Universitario de Bellvitge consideran que, a pesar de los avances cada vez más rápidos, aún se tardará una década en crear una medicina efectiva contra el cáncer en humanos, ya que las actuales todavía están en fases de pruebas con animales en laboratorio.
El médico responsable del Programa de Biología del Cáncer del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (DIBELL), Manel Esteller, considera que, a pesar de los avances científicos, todavía habrá que esperar al menos una década en fabricar un fármaco efectivo en humanos para combatir el cáncer.
Esteller ha explicado en rueda de prensa que los actuales fármacos están todavía experimentándose con animales en laboratorios y que una vez concluidos aún deberá realizarse un "largo proceso" de pruebas en humanos hasta obtener una medicina comercializable.
No obstante, Esteller ha señalado que la biomedicina está avanzando rápidamente en analizar los mecanismos que intervienen en la aparición y desarrollo de los diferentes tipos de cáncer, y ha puesto como ejemplo el estudio de las sirtuínas, una familia de proteínas implicadas en el metabolismo celular que afecta a funciones vitales como la inflamación, el ciclo celular, la muerte celular programada, la producción de insulina, y la reparación y transcripción del ADN.
Alejandro Vaquero, miembro del IDIBELL, ha destacado que hace diez años la sirtuínas eran prácticamente desconocidas y que su estudio se ha convertido ahora en una de las posibles vías para atajar el desarrollo del cáncer, por lo que augura que tendrán "gran importancia en la biomedicina del futuro".
Precisamente hoy el Hospital de Bellvitge clausura el primer congreso internacional dedicado a las sirtuínas, con la participación de cien expertos que, como el profesor de la Universidad de California de San Francisco Eric Verdin, consideran que muchos cánceres tienen su origen en cambios en los procesos metabólicos en los que están implicadas las sirtuínas.
Esta relación entre metabolismo y cáncer está provocando que los investigadores tengan especial interés en encontrar un fármaco para luchar contra el cáncer de hígado, porque además serviría para tratar otros problemas metabólicos como la obesidad producida por exceso de grasas y azúcares, ha explicado Verdin.
Los expertos destacan que los estudios científicos han demostrado que algunos tipos de sirtuínas protegen el organismo contra enfermedades neurodegenerativas y pueden ser activadas con sustancias como el resveratrol, la misma que confiere al vino propiedades antioxidantes y anticancerígenas, para favorecer la supervivencia neuronal y protección ante el Alzheimer.
Los médicos aseguran que incluso se han probado en ratones fármacos que retrasan notablemente el envejecimiento pero que aún son productos de laboratorio que se encuentran en fase muy temprana de experimentación pero que el estudio de las sirtuínas es básico para comprender los mecanismos de envejecimiento celular.
El proceso de envejecimiento estaría relacionado con el estrés oxidativo al que se somete a las células y que puede paliarse mediante una reducción del metabolismo celular, algo que se consigue, por ejemplo, comiendo poco, explican los investigadores.
Los médicos consideran que, si se consigue comprender el funcionamiento de las sirtuínas, podrían fabricarse fármacos que las regularan para evitar la formación de cánceres, tumores y prevenir enfermedades degenerativas como el Parkinson, la enfermedad de Huntington o la diabetes tipo II.
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