El juez Juli Solaz ve fuera de "la mínima lógica" el riesgo de fuga de Millet

Barcelona.-  El juez del "caso Palau", Juli Solaz, ve fuera de la "mínima lógica" el riesgo de fuga de Félix Millet y Jordi Montull, ya que no huyeron tras el registro del Palau de la Música y luego han dado pasos "irrefutables" que descartan que preparen su huida, como confesar o entregar 1,8 millones al juzgado.

Así lo subraya el titular del juzgado de instrucción número 30 de Barcelona en el auto, al que ha tenido acceso Efe, en el que decreta la libertad para ambos imputados, y en el que subraya que "ignora" cuáles son las "circunstancias fácticas" que han llevado a la fiscalía a pedir la prisión para ambos, cuando en la fase inicial de la investigación reclamó su libertad.

En su escrito, de cinco páginas, el juez argumenta su decisión de dejar a Millet y Montull en libertad -con los cargos de apropiación indebida y falsedad documental-, lo que ha sido duramente criticado por la Fiscalía e incluso por varios magistrados, porque cree que no concurre el riesgo de fuga -como advertió la Fiscalía-, ni tampoco el de peligro de que alteren, manipulen o destruyan pruebas -como recogían las acusaciones particulares-.

Sobre la petición de la Fiscalía, Solaz muestra su "sorpresa" por el hecho de que en la fase inicial de la investigación el ministerio público solicitara "de forma expresa" la libertad provisional para Millet y Montull, ya que no apreciaba el riesgo de fuga, pese a que por entonces "era evidente que la gran capacidad económica" de los querellados podría facilitar su fuga.

"A partir de esta fecha -la fase inicial de la investigación-, este instructor ignora cuáles son las circunstancias fácticas que han motivado el cambio de opinión del Ministerio Público -para pasar a pedir la prisión sin fianza-, pero en cualquier caso los hechos que se han producido desde ese momento no hacen más que desvirtuar la opinión de que en el presente caso exista un riesgo de fuga", indica el juez en el auto.

En este sentido, Solaz recuerda que a lo largo de las últimas semanas Millet y Montull han protagonizado una serie de actos "completamente irrefutables" que, en aplicación de una "mínima lógica, no se corresponden con unas personas que estén preparando su huida".

Por ejemplo, el juez instructor recuerda que Millet y Montull, antes de ser imputados, remitieron al juez varias cartas en las que asumían casi la totalidad de los hechos de los que les acusaba la querella de la fiscalía, así como otros hechos que todavía estaban en fase de investigación.

Además, los acusados han puesto a disposición del juzgado un total de 1,8 millones de euros en efectivo y han entregado un inventario de sus bienes muebles e inmuebles, que también han puesto a disposición judicial para reparar el perjuicio material producido por sus acciones.

"Es evidente que (Millet y Montull) han tenido la oportunidad de fugarse desde el mismo día en que se produjo la entrada y registro en el Palau de la Música Catalana (el 23 de julio pasado), haciéndolo con una importante suma de dinero y sin reconocer ningún tipo de responsabilidad", remarca el juez, que cree que ahora, tras confesar y depositar la fianza, es "altamente improbable" que huyan.

Además, aprecia el "claro arraigo familiar" de los imputados y sus circunstancias personales, como la edad.

Respecto al riesgo de destrucción de pruebas -que en este caso sólo argumentaron las acusaciones particulares-, el juez considera que tampoco tiene fundamento, porque estima que durante el registro de más de nueve horas en el Palau de la Música los investigadores se incautaron de toda la documentación importante.

"Salvo que se dude de la profesionalidad, eficacia y experiencia de tales personas, altamente cualificadas, es evidente que la documentación que no fue intervenida no tenía ninguna relación con el caso o no era de interés para la investigación", subraya.

Además, el juez considera que no se ha podido acreditar que Millet y Montull trataran de destruir pruebas y cree "evidente" que no lo podrán hacer en el futuro ya que no tienen acceso a los locales del Palau y, "a mayor abundamiento, consta que todas las personas próximas a su círculo de trabajo" también se han desvinculado de las entidades afectadas.