Lima.- El plástico de las botellas desechables invade la zona de la ciudadela inca de Machu Picchu, pero los comerciantes que viven casi exclusivamente del turismo se niegan a prohibir el uso de estos envases contaminantes.
Según dijo a Efe Marcela Moreno, jefa del Area de Medio Ambiente y Recursos Naturales de la municipalidad de Machu Picchu, la normativa que el pasado enero publicó esta municipalidad para prohibir el uso de envases plásticos quedó en papel mojado por la oposición de los comerciantes.
Sin embargo, desmintió que se vaya a celebrar una consulta popular o referéndum al respecto, como informaron algunos medios.
Moreno calculó que, en un municipio de 5.000 habitantes, son cientos los establecimientos (bodegas, restaurantes de todas las categorías y hoteles) que deben gran parte de sus ingresos a la venta de botellas de agua y gaseosas, de las que se venden 3.000 unidades diarias.
En 2007, la municipalidad recolectó 10.000 kilos de plásticos desechables en los contenedores preparados para un futuro reciclaje regular, y en 2008 fueron 20.000, por lo que en enero de este año decidió prohibir esos envases a partir de abril "sin calcular el impacto económico que eso iba a tener en la población", reconoció Moreno.
Por ello, los comerciantes se negaron a acatar la prohibición y han promovido desde entonces distintas reuniones en las que han propuesto alternativas a la prohibición, como el pago de una tasa o tributo por cada botella vendida que se destine a financiar el reciclaje.
Si la cantidad de plástico recolectado para el reciclaje es enorme, preocupa aún más todas las botellas que se arrojan fuera de los contenedores y que pueden suponer una cuarta parte del total, según Moreno.
Estos envases se acumulan en las márgenes de la vía férrea del famoso tren que asciende a la ciudadela inca y en las orillas de los caminos incas que eligen los más aventureros; además, también los ríos que bajan por el valle sagrado arrastran su cuota de botellas multicolores.
Para limpiar los caminos y la vía férrea, la municipalidad tiene que organizar campañas extraordinarias de voluntarios: la última de ellas fue el pasado 5 de junio, que concluyó con la recolección de 200 sacos llenos de botellas desechables.
El reciclaje de envases plásticos funciona relativamente bien, reconoció Moreno, pero ha obligado a la municipalidad a instalar en su territorio una "planta picadora" para reducir el volumen de las botellas y formar así grandes paquetes compactos que luego son enviados a una planta recicladora de la ciudad de Arequipa.
Machu Picchu, Patrimonio cultural de la Humanidad desde 1983, es el principal atractivo turístico peruano y atrae a un promedio de 2.000 visitas diarias (3.000 en temporada alta), cifras que la UNESCO considera se acercan al límite máximo deseable para un monumento.
Aunque la UNESCO no lo considera todavía como un monumento "en riesgo", sí cree que son preocupantes fenómenos como la administración de la zona arqueológica, la deforestación, el peligro de avalanchas, el crecimiento urbano sin control y el acceso ilegal.
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