Debuta en cine con 'After' este fin de semana tras el arrollador éxito televisivo de 'Física o química'. Tiene la edad de Cristo y cuando intentas rastrearla en internet sólo salen cuchicheos de una vida social ajetreada cada vez más superada y fotos, muchas fotos.
Sí, porque no hay nada más frustrante que intentar preparar una entrevista y acabar yendo con los deberes sin hacer, o mal hechos. Aparte de su web oficial, que anuncia que rodará la peli que nos ocupa y la tercera temporada de la hormonada serie que le ha dado celebridad televisiva —ambas noticias datadas hace más de un año, sin más actualizaciones—, montones de perfiles amarillentos; ecos de sus relaciones pasadas y diversas alusiones a su hija; poco más que echarse al coleto. Hay que bucear bastante para saber que le gusta la música, y no sólo escucharla, que también hace sus pinitos flamencos; que escribe sus propias letras; que ya actuó en algunos videoclips (Julien Clerc, David de María, Sidonie...) y que lleva nadando toda la vida.
Pero sobre todo hay poco de cine, porque hay poco que contar. Al menos hasta ahora. Por eso, nos proponemos con este artículo, y contando con su ayuda, que elaboremos un nuevo perfil suyo para que los periodistas del mañana sepan cómo es la Blanca actriz y no se vean en el mar de dudas en el que yo me hallaba cuando la he visto llegar con esos ojos marrones.
Cuenta que se embarcó en 'After' —duro retrato generacional, coprotagonizado por Tristán Ulloa y Guillermo Toledo, de los que andan cerca de la cuarentena que podría ser la réplica adulta (que no madura) de 'Historias del Kronen' y también de la más reciente 'Mentiras y gordas'— de la mano de las directoras de casting que apostaron por ella para 'Física o química'. Precisamente ésta no le dio tregua, ya que ambas filmaciones coincidieron en el tiempo el otoño pasado. "Compaginaba las dos cosas como podía. Por las noches rodaba la película en Sevilla y la serie, de día en Madrid. Llegué a estar cinco días sin dormir. Tenía una almohada chiquitina en el AVE e iba mirando los guiones para un lado y para otro". Luego, ojeadores: es sacrificada y no le importa esforzarse por la empresa.
Ana, la treintañera que interpreta, exitosa en su vida laboral y absolutamente desastrosa y perdida en lo sentimental, ganó con esta vorágine en su opinión. "Quizá al personaje de la serie le perjudicó un poco, porque estaba tan cansada que se me notaba. Pero a Ana le vino bien estar tan deshecha. Pasaba una mosca y lloraba, me emocionaba. Estaba rota por el cansancio físico además de por el emocional". Atentos entonces a su sensibilidad especial. Eso también es de valorar.
A quienes estén acostumbrados al encanto cómico y a la fotogenia que exhibió como monologuista en 'El Club de Flo' (2007) o a la frivolidad naif de su televisiva Irene, decirles que la cinta de Alberto Rodríguez les parecerá una patada en la nariz, un callejón sin salida donde tres supuestos ganadores se enfrentan a los demonios de una vida con la que no saben que hacer, que les rechaza. El director diseñó el personaje de Romero como "una mujer que desea ser libre, independiente y moderna, pero que aún así espera a su príncipe azul". Una construcción para la que "no tenía referencias de películas anteriores", explica mientras, hambrienta, devora uno tras otro los canapés que le trae la jefa de prensa dinamitando así los tópicos de que las modelos sobreviven a base de aire. Aviso a todos los directores de casting del mundo: Blanca tiene buen comer.
Y sigue. "Mi método a la hora de actuar es totalmente orgánico. No tengo escuela ni técnicas a las que agarrarme, así que, o tiraba de mis vivencias (exageradas, eso sí) o iba jodida. Además creí mucho en mis compañeros, unos actores totalmente consagrados", buena compañera, recita elogios. Toledo y Ulloa —el primero, más dramático de lo que nunca le hemos visto, y el segundo, con un peso de los años muy favorecedor también—, además de ella, son los principales valores de una película que juega al punto de vista múltiple y a las historias cruzadas, un collage feísta y desesperado perfectamente musicado por Mika P. Hinson y Smog, entre otros, y mejor fotografiado por Álex Catalán.
Su digestión es difícil y la podredumbre existencial que proyecta, quizá algo enfática, pero nadie puede discutir que los instrumentos que toca Rodríguez andan afinados. Culpa de ello seguro que la tiene en parte el mes de ensayos con que los tres actores se presentaron a sus espaldas el primer día de rodaje, lo que diferencia la actuación de Romero —de verdad turbadora— de su algo más descuidada labor en la serie. Pero no la dilapidemos, es fast food; mejor aplaudamos su meritoria puesta de largo cuando cuenta con espacio y tiempo.
Le hablo para acabar de aplauso general a su actuación, de buen sabor de boca y de si sueña con una nominación al Goya Revelación. Ella se quita presión: "El primer premio que me tocó de cerca fue el Ondas concedido a la serie de hace unos días. Es lo primero que gano en mi vida, porque ni en natación, que nado mucho; ni en el cole; ni en la moda; ni en ningún sitio me habían dado ninguno. El Goya me parece un poco imposible, y, si me lo concedieran, sería maravilloso, la leche, pero no tengo ni idea de lo que va a pasar".
¿Tomáis nota, ojeadores? Sacrificada, sin miedo a las horas extras, versátil, sensible, nada quejica con el catering y enemiga de la falsa modestia. ¿Quién se anima? ¿Quién será el que siga apostando por la revelada Blanca Romero?
Si quieres firmar tus comentarios puedes iniciar sesión »
En este espacio aparecerán los comentarios a los que hagas referencia. Por ejemplo, si escribes "comentario nº 3" en la caja de la izquierda, podrás ver el contenido de ese comentario aquí. Así te aseguras de que tu referencia es la correcta. No se permite código HTML en los comentarios.
Lo sentimos, no puedes comentar esta noticia si no eres un usuario registrado y has iniciado sesión.
Si ya lo estás registrado puedes iniciar sesión ahora.