MADRID.- La tasa de paro seguirá creciendo en los próximos meses y cerrará el 2009 en una media del 18,1%, cifra que alcanzará "máximos históricos" en 2010 al escalar al 20,1% debido a que la mejora del mercado laboral se hará esperar "más de lo deseado", según el último informe mensual elaborado por La Caixa.
"La tímida mejora de la situación económica no permite ver una corrección (del empleo) hasta finales de 2010", señala el informe, que arroja cifras más pesimistas que las que presentó el Gobierno en su último cuadro macroeconómico y asegura que el empleo caerá un 6,4% este año y un 1,8% en 2010.
De cumplirse las previsiones de la entidad financiera, la tasa de paro, actualmente en el 17,9%, tendría que haber aumentado en el tercer trimestre del año, cifras que se conocerán el próximo viernes 23 de octubre cuando las publique el Instituto Nacional de Estadística (INE).
De hecho, distintas voces del Gobierno han reconocido en numerosas ocasiones que la tasa de paro va a seguir creciendo en los próximos meses, ya que el empleo es la variable económica que más tarda en recuperarse en tiempos de crisis. Ayer mismo, el secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado, adelantó que las cifras de paro registrado de octubre serán similares a las de septiembre, cuando creció en 80.367 personas.
En cuanto a la situación económica, La Caixa espera una "progresiva mejora" de la actividad en los próximos trimestres, aunque alerta de que la recuperación será "lenta y gradual", ya que el empleo seguirá retrocediendo, el paro alcanzará máximos históricos y sólo el sector exterior salvará el próximo año.
"Se trata de un escenario de recuperación lenta, muy condicionado por la debilidad de la demanda interior y la reactivación de la economía internacional", señala el informe, que apunta a una contracción del PIB del 3,7% este año y a un crecimiento nulo en 2010.
En materia de precios, adelanta que la tendencia descendente de la inflación subyacente (que no incluye los precios de los productos energéticos ni de los alimentos no elaborados) puede continuar en los próximos meses, aunque prevalecerá el efecto de la subida de los combustibles. Así, la variación interanual del IPC será cada vez menos negativa y volverá a positivo antes de que acabe el 2009.
En cuanto al déficit público, cree que en España se situará en el 10,9% en el año 2009 y que escalará al 11,4% en 2010, mientras que superará los dos dígitos en muchos otros países, lo que obligará a llevar a cabo ajustes fiscales que, si se realizan "demasiado pronto", podrían acabar provocando una recaída económica.
Según la entidad, ante los primeros síntomas de estabilización se hace necesario empezar a planear la corrección fiscal, aunque ésta debe estar determinada por las circunstancias de cada país y ligada al retorno a la normalidad de las economías para evitar recaídas en el futuro.
LA CONSOLIDACIÓN FISCAL TIENE QUE SER "GRADUAL".
En este sentido, asegura que, haciendo caso a las previsiones de consenso para las economías avanzadas, habría que esperar al 2010 para iniciar una "gradual" consolidación fiscal, año en el que, además, las economías más adelantadas podrían empezar a reducir algunas de las políticas discrecionales que tanto han elevado las cifras de déficit en los últimos meses.
De todas maneras y aun cuando buena parte de la reducción del déficit se posponga hasta que se consolide la recuperación, los distintos gobiernos deberían comenzar, según la entidad, a dejar "bien claros" sus planes de ajuste a medio y largo plazo para reforzar su credibilidad: bien aumentando los ingresos públicos o bien reduciendo el gasto.
En este sentido, afirma que no todas las medidas tienen el mismo impacto sobre el crecimiento, ya que, por ejemplo, una mayor presión fiscal sobre el trabajo o el ahorro puede acarrear un empeoramiento en el crecimiento potencial, mientras que la subida de impuestos indirectos, como la de España, es una alternativa más "neutral", aunque "políticamente más costosa". Asimismo, cree que hay que explorar la opción de incrementar la lucha contra el fraude fiscal.
RETIRAR O NO LOS ESTÍMULOS FISCALES.
En este escenario, La Caixa se plantea si hay que retirar o no los estímulos a la actividad y reconoce, como ya puso de manifiesto el G-20, que una retirada precipitada de los mismos podría poner en riesgo la "incipiente reactivación internacional", pero cree que, en una situación como la actual, cabría revisar "con mayor sosiego" las acciones adoptadas según sus aportaciones y costes y ver si se pueden sustituir por otras medidas que se adapte más a la recuperación.
Así, recuerda que parte de las altas cifras de déficit se deben al elevado importe de las medidas de rescate al sistema bancario de los diferentes países, y asegura que la gestión "eficiente y transparente" de estas medidas, así como el diseño de estrategias "adecuadas" de salida pueden reducir "drásticamente" el impacto del rescate financiero sobre las administraciones públicas.
Además, advierte de que los déficits fiscales "grandes y persistentes" deterioran los 'ratings', que reflejan el perfil crediticio de un país y aumentan los diferenciales soberanos que ese país debe ofrecer en los mercados de capitales para obtener financiación. "En algunos casos la severidad de estos déficits puede incluso conducir al impago de la deuda", subraya.
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