La Habana.- El ministro español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, llega este sábado a La Habana para "seguir normalizando" las relaciones bilaterales y ver cómo elimina la "posición común" europea sobre Cuba cuando España presida el bloque en 2010, dijeron fuentes diplomáticas.
Los vínculos bilaterales están relativamente normalizados desde su pasado viaje, en 2007, a pesar de recientes roces y aunque están pendientes puntos conflictivos como la deuda cubana con España, y no se esperan por ello grandes novedades.
Pero respecto a la Unión Europea (UE), si bien acabaron en 2008 -por iniciativa de Moratinos- las sanciones simbólicas aplicadas en 2003 a Cuba por violaciones de los derechos humanos, sobrevive una "posición común" que irrita a Cuba, dijeron en La Habana diplomáticos europeos.
Agregaron que España, que presidirá la UE en el primer semestre de 2010, quiere barrer escollos para unas relaciones normales e institucionalizadas, en cuyo marco se aborden todos los problemas, incluidos los derechos humanos, algo ya logrado en los lazos bilaterales y que ahora quiere alcanzar con Europa.
Aunque eso signifique no reunirse con la disidencia interna cubana, peaje que pagan los líderes extranjeros que visitan la isla, incluidos presidentes como el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva o la chilena Michelle Bachelet, pero no los norteamericanos.
La subsecretaria de Estado adjunta para Latinoamérica, Bisa Williams, estuvo negociando el mes pasado en La Habana y se reunió con opositores, "porque Estados Unidos puede morder y Europa sólo ladrar", explicó una de las fuentes consultadas.
Pero los disidentes ya están acostumbrados a la marginación y en esta ocasión algunos aseguran que son ellos los que no quieren ver a Moratinos, ni aunque él lo pida, y la mayoría rechaza una eventual cita con el director para Iberoamérica, Juan Carlos Sánchez.
El representante en La Habana de la Comisión Europea (CE), Javier Niño, declaró a Efe que Bruselas "valora positivamente" la visita de Moratinos y cree que España "debe jugar un papel esencial" para la normalización de las relaciones de Cuba con la UE.
"Falta por ver si los cubanos están dispuestos a facilitar las gestiones con gestos que ayuden a convencer a los reacios a eliminar la posición común", dijo otro diplomático en referencia a Suecia, la República Checa, Holanda o el Reino Unido, y recordó que los cubanos son "más rudos" que Moratinos a la hora de negociar.
La "posición común" se aprobó por consenso en 2003, impulsada por el anterior presidente del Gobierno español, José María Aznar -tras tres fusilamientos y el encarcelamiento en Cuba de 75 disidentes-, y hace falta también consenso para levantarla.
Moratinos defendió su postura en la UE en 2008 al afirmar que hay un sector reformista cubano que requiere respaldo, y que había mejoras sobre derechos humanos, pero lo sucedido desde entonces no lo confirma, según la mayoría de las fuentes.
Hasta ahora, la visita del ministro solo tiene en agenda un contacto: con su homólogo, Bruno Rodríguez, el lunes en la mañana.
Pero antes tiene un domingo entero de "programa privado" que seguramente será más intenso que la escenificación de la reunión oficial y la foto del día siguiente en la Cancillería.
No está confirmada ni descartada una reunión con el presidente cubano, Raúl Castro, ni con su hermano mayor y antecesor, Fidel.
Los funcionarios españoles le quitan hierro al asunto, por si el ministro no ve a ninguno durante la visita, que hasta ahora no ha sido mencionada por los medios cubanos, todos oficiales.
Entre los puntos delicados en agenda, un viaje a Cuba del presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, que Moratinos dio por segura hace un año, tras reunirse con el luego destituido canciller cubano Felipe Pérez Roque.
El propio mandatario y otros dirigentes la han puesto en duda y la mayoría de las fuentes consultadas en La Habana opinan que Zapatero no vendrá en 2009 y es casi imposible que lo haga en el semestre de la Presidencia española de la UE.
La defenestración en marzo pasado de Pérez Roque y el entonces vicepresidente Carlos Lage, entre otros interlocutores habituales de Moratinos, lo dejó en el brete de recomponer las relaciones con el nuevo canciller y otras autoridades.
En paralelo, la salida de la isla de cuatro agentes españoles de inteligencia, sobre la que los cubanos filtraron versiones interesadas sin que Madrid haya replicado ni aclarado nada.
La deuda bilateral -2.000 millones de euros, con 700 vencidos y varios acuerdos de pago que Cuba no honró- es otro punto que se tocará, aunque sin esperanza.
La diplomacia española dice que "no se excluye ningún tema" pero la isla vive una aguda falta de liquidez este año.
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