Roma.- La cifra de personas malnutridas en el mundo alcanza ya los mil millones, lo que significa 100 millones más que en 2008 y que uno de que cada seis individuos pasa hambre, según el Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Jacques Diouf.
La FAO celebra mañana en Roma la ceremonia del Día Mundial de la Alimentación, jornada que se seguirá asimismo en 150 países del globo.
Durante el día se sucederán intervenciones como la de Diouf, la del Secretario General de la Cumbre Iberoamericana, Enrique Iglesias, la de monseñor Renato Volante que llevará un mensaje del papa Benedicto XVI, entre otros, y los actos se cerrarán con la actuación de la cantante israelí, Noa.
El informe de la FAO sobre el hambre señala que "como resultado de la crisis económica, los pobres no han tenido más remedio que disminuir sus comidas y comer alimentos menos nutritivos, recortar sus gastos de sanidad y educación, y vender sus activos".
Para la FAO, las inversiones agrícolas y las redes de seguridad siguen siendo partes vitales de una respuesta eficaz para reducir la inseguridad alimentaria.
Por ello, en su intervención "Alcanzado Seguridad Alimentaria en Tiempos de Crisis" el Director General de la FAO, Jacques Diouf, hará hincapié en que el reciente aumento de los hambrientos no ha sido consecuencia de una pobreza global en las cosechas, sino que está causada por una crisis económica mundial, informaron a Efe fuentes de la organización.
También referirá que los acontecimientos de los últimos tres años han sido particularmente trágicos y han demostrado la fragilidad del actual sistema global de alimentación.
Diouf instará a la comunidad internacional de donantes a aumentar sus porcentajes de ayuda a la agricultura, hasta alcanzar los niveles que se lograron en 1980, cuando Asia y América Latina fueron salvadas de la devastación de las hambrunas de los años 70.
Un aumento similar de recursos es necesario ahora para alimentar a más de mil millones de personas que sufren hambre y asegurar que la población mundial, que llegará a más de nueve mil millones en 2050, tenga suficiente reservas para alimentarlos.
Según los últimos cálculos de la ONU, la población mundial pasará de los 6.800 millones de personas de la actualidad a 9.100 millones en 2050 y casi todo el incremento demográfico tendrá lugar en los países en desarrollo.
Por tanto, producir un 70 por ciento más de alimentos para 2.300 millones de personas adicionales de aquí a 2050, al tiempo que se combate el hambre y la pobreza, serán algunos de los retos que se abordarán mañana.
Se espera que la demanda de alimentos continúe creciendo como resultado del incremento demográfico.
La producción anual de cereales tendrá que crecer en casi 1.000 millones de toneladas (hoy es de 2.100 millones) y la producción de carne en más de 200 millones de toneladas, para alcanzar 470 millones en 2050, según asegura la FAO.
La producción de bio-combustibles podría también aumentar la demanda de productos básicos agrícolas, en función de los precios de la energía y las políticas gubernamentales.
Según las previsiones, la tierra cultivable en los países desarrollados disminuirá en unos 50 millones de hectáreas, aunque esta cifra podría variar en función de la demanda de bio-combustibles.
En cuanto al consumo de agua para la agricultura de regadío está previsto que "crezca a un ritmo menor debido a la disminución de la demanda y a un uso más eficiente del agua, pero aún así se incrementará en cerca del 11 por ciento para 2050", refiere la organización.
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