Madrid.- El etarra Ismael Berasategui Escudero, acusado de preparar y colocar en el aeropuerto de Málaga el 26 de julio de 2001 un coche-bomba, que finalmente no explotó al ser desactivado, se ha negado hoy a declarar en el juicio que se ha seguido contra él en la Audiencia Nacional.
Berasategui, para quien el fiscal pide penas que suman catorce años de cárcel por los delitos de estragos terroristas en grado de tentativa, sustracción de vehículos a motor y falsedad documental, no se ha inmutado ante las preguntas del Ministerio Público ni del tribunal, y su defensa tampoco ha interrogado a los testigos.
Contra Berasategui se sigue además otro procedimiento diferente en otro juzgado de la Audiencia Nacional por el delito de pertenencia a organización terrorista.
Según el escrito de conclusiones del fiscal, el acusado formaba, junto con los ya condenados Javier Zabalo Beitia y Ainhoa Barbarín Yurrebaso, el comando legal itinerante "Behorburu" de ETA, que se dedicaba a acondicionar vehículos, previamente robados por ellos mismos u otros etarras, para su utilización como coches-bomba.
Así, tras sustraer un turismo para atentar en Málaga, sustituyeron su matrícula por una falsa y colocaron en su interior un artefacto explosivo consistente en un contenedor de plástico, dos detonadores, dos temporizadores y 53 kilos de tytadine.
Con la carga colocada, situaron el coche en el aeropuerto de Málaga dispuesto para su explosión a las 08:00 horas del 26 de julio de 2001; pero, a las 07:17 horas de ese día, un comunicante anónimo advirtió de la colocación del vehículo, cuya carga explosiva que pudo ser desactivada por los Tedax.
Los peritos que han intervenido en la vista oral han asegurado que, dada su colocación y carga, de haber explotado el coche-bomba habría podido causar "daños muy amplios".
En el juicio ha comparecido como testigo Javier Zabalo, que ha admitido que Berasategui formaba parte con él del comando "Behorburu", y que se dedicaban a robar coches "para la finalidad que la banda dijera", aunque ha afirmado que no tenía "ni idea" de si el acusado había participado en la colocación del coche bomba en Málaga.
Por su parte, Barbarín, que ha declarado por videoconferencia desde prisión, ha negado que fuera amiga del procesado, que formara parte con él de ningún comando y que supiera nada de su actividad terrorista.
Además, han testificado varios agentes de la Policía Nacional que participaron en la investigación de estos hechos, y que han confirmado que en el domicilio de Berasategui se encontró, dentro de un arcón de madera "que parecía hecho al efecto", una gran cantidad de explosivo, armas y munición, así como placas falsas de matrícula y material para confeccionarlas.
Otros agentes han declarado que en el registro realizado en la empresa que los etarras utilizaban como tapadera se intervino abundante documentación, listados de matrículas, "mucho dinero en billetes grandes" y cartuchos de explosivo, entre otros efectos.
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