Jerusalén.- Una calma tensa imperaba en Jerusalén Este (árabe) y Cisjordania a primera hora de la tarde de hoy en la jornada de huelga general convocada en ambos territorios por la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
Miles de policías israelíes impidieron desde primera hora de la mañana el acceso de jóvenes al rezo del mediodía en la Explanada de las Mezquitas, tercer lugar sagrado musulmán y cuya defensa era el motivo del movimiento de protesta.
Sólo las mujeres y los hombres mayores de 50 años pudieron acceder a la explanada, donde la visita hace dos semanas de un grupo de extremistas religiosos judíos, según fuentes palestinas, y de turistas, según portavoces israelíes, desencadenó una espiral de tensión que desembocó en la convocatoria de la huelga.
El movimiento de protesta, al que se habían sumado organizaciones extremistas islámicas -que habían declarado hoy "El Día de la Ira"-, fue seguido de manera irregular en la vieja ciudadela, que acoge la Explanada de las Mezquitas y donde algunas tiendas cerraron pero otras permanecieron abiertas.
Los escasos viandantes eran sometidos en la zona a un estrecho control por parte de las fuerzas de seguridad israelíes, que permanecieron apostadas en calles y esquinas y cuyo despliegue incluyó continuos sobrevuelos de helicópteros sobre el área histórica de la ciudad.
Tras la oración del viernes santo en los templos musulmanes, los únicos incidentes de que informaron los medios de prensa locales habían sido algunos enfrentamientos entre policías israelíes y jóvenes palestinos en el barrio de Ras al-Amud, en la parte oriental de la mancha urbana.
Según Radio Israel, once soldados israelíes habrían resultado heridos de levedad en los choques por el lanzamiento de piedras por parte de los manifestantes palestinos.
La jornada coincidió con el segundo día de estancia del enviado norteamericano para Oriente Medio, George Mitchell, que ayer inició una nueva gira por la región para intentar reactivar el proceso de negociación entre palestinos e israelíes.
Mitchell se entrevistó esta mañana con el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, aunque tras la reunión ninguna de las partes hicieron declaraciones a la prensa.
El enviado norteamericano mantuvo ayer un encuentro con el presidente israelí, Simón Peres, tras el que expresó su esperanza en "una pronta reanudación del proceso de paz".
Fuentes diplomáticas estadounidenses advirtieron, no obstante, que no se espera que Mitchell -que mañana se entrevistará en Ramala con el presidente palestino, Mahmud Abás-, realice anuncios espectaculares a resultas de su gira.
Esas fuentes precisaron que Mitchell tendrá que realizar "más viajes a la región" antes de que la reanudación del proceso negociador se convierta en una realidad.
A la espera de la reactivación de negociación, israelíes y palestinos felicitaron al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, galardonado hoy con el Premio Nobel de la Paz, y expresaron su esperanza de que el reconocimiento contribuya a traer la paz a Oriente Medio.
"Son pocos los líderes que en tan poco tiempo consiguen cambiar el estado de ánimo en el mundo", dijo tras conocer la noticia Peres, que ganó el mismo premio en 1994 por la negociación del posteriormente fracasado proceso de Oslo.
Por su parte, el ministro de Defensa y líder laborista, Ehud Barak, valoró que el Nobel "fortalecerá la capacidad de Obama para traer la paz a la región".
Desde Ramala, el jefe negociador de la ANP, Saeb Erekat, también felicitó a Obama y manifestó que espera que "sea capaz de traer la paz a Oriente Medio, devolver a Israel a las fronteras de 1967 y crear un estado palestino con capital en Jerusalén".
El optimismo de Erekat no fue compartido, sin embargo, por el movimiento islamista Hamás, que controla Gaza y uno de cuyos portavoces aseguró que Obama "no se merece el premio" por no haber garantizado a los palestinos sus "derechos legítimos".
"Creemos que Obama tiene que facilitar muchas cosas a los palestinos para hacerse acreedor a este premio, debe cambiar su actitud y ser justo con los palestinos", manifestó Fawzi Barhoum, portavoz del movimiento islamista.
Barhoum indicó que "hasta ahora no ha cambiado en la política del presidente estadounidense que le haga diferente a sus predecesores, y sobre el terreno no ha ocurrido nada".
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