Madrid.- Desde que estallara hace ocho meses el "caso Gürtel", los tres parlamentarios del PP imputados -Alberto López Viejo, Benjamín Martín y Alfonso Bosh- no han dejado de ir a la Asamblea de Madrid y de recibir muestras de apoyo por parte de sus compañeros del grupo popular.
De los tres, Benjamín Martín, de 41 años, es el más veterano en la Cámara y tiene un carácter social y jovial.
Fuentes del PP han confirmado a Efe que sigue acudiendo "todos los días" a su despacho y que con frecuencia come en el restaurante de la Asamblea (donde el menú cuesta 5,95 euros), en compañía de unos cuantos diputados de su grupo -Jesús Fermosel, Pablo Morillo y Belén Bajo, entre otros-, que no han dejado de arroparle.
Mientras fue portavoz adjunto del grupo popular, Benjamín Martín disfrutó de un amplio despacho para él solo en la considerada "planta noble" del PP de la Asamblea -la tercera-, donde en ocasiones atendía a los medios o lo cedía a otros diputados para que hicieran allí declaraciones a los periodistas.
Desde abril, cuando dimitió como portavoz adjunto, comparte con otros parlamentarios uno de los despachos colectivos que tienen los diputados 'rasos' en la segunda planta.
Benjamín Martín, que lleva cinco legislaturas de diputado y fue concejal de Arganda durante dos (1995-2003), está acusado por la Fiscalía de recibir 433.166 euros en sobornos, y el juez instructor del TSJM (Tribunal Superior de Justicia de Madrid) le impuso una fianza de 955.000 euros.
Ni estas circunstancias, ni su suspensión de militancia en el PP parecen haber influido en la relación que mantiene con sus compañeros diputados, a tenor de las palmadas en la espalda, las palabras amables y las muestras de interés que estos le han dedicado hasta ahora por los pasillos de la Cámara.
Tampoco López Viejo ni Alfonso Bosh han variado durante estos meses su comportamiento en la Asamblea, ni ha cambiado significativamente la actitud de sus compañeros de escaño hacia ellos.
Ambos tienen menos "amigos" en el Parlamento regional que Benjamín Martín y pasan allí menos horas que él, pero eso también ocurría antes de que les afectara la trama de corrupción.
Alberto López Viejo (41 años) es diputado de la Asamblea desde junio de 2003, aunque once meses después se incorporó al Gobierno, primero como viceconsejero de Presidencia y luego como consejero de Deportes, con lo que su asistencia al Parlamento regional se limitó a los plenos de los jueves.
Según las fuentes, Alberto López Viejo ha seguido sin faltar a un solo pleno desde que fue apartado del Gobierno y "se lleva bien con todo el mundo".
Presuntamente, habría recibido de las empresas de la trama "Gürtel" 433.166 euros y también el juez le impuso una fianza de 955.000 euros.
Alfonso Bosh, de 42 años, fue director gerente de la Empresa Municipal de Suelo y Vivienda (EMSV) de Boadilla del Monte y habría recibido pagos del grupo de Correa por su intermediación en la adjudicación de obras locales.
Parlamentario autonómico desde 2003, Bosh ha ejercido siempre de diputado "raso", con presencia en diversas comisiones, pero sin portavocía en ninguna de ellas, a las que sigue acudiendo con "normalidad", según las fuentes.
El PSOE e IU han exigido reiteradamente que los tres entreguen sus actas de diputado, pero en el pleno de hoy previsiblemente volverán a ocupar sus escaños, a charlar en los pasillos con algún compañero y a visitar la cafetería, si les apetece tomar algo.
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