Washington.- La misión de la OEA viajará mañana a Honduras alentada por los últimos mensajes "positivos" del Gobierno de facto y con unas perspectivas de mediación más claras y mejor encaminadas al éxito.
La delegación de cancilleres y representantes de once países del continente americano y de España se traslada a Tegucigalpa justo cuando parece que existe un clima más favorable debido a la mejor disposición del presidente de facto, Roberto Micheletti, para sentarse a negociar una solución definitiva a la crisis.
Por tanto, la Organización de Estados Americanos (OEA) se encontrará ahora en Honduras con un ambiente muy diferente al que percibió su secretario general, José Miguel Insulza, inmediatamente después del golpe de Estado del 28 de junio pasado.
Entonces, el Gobierno de facto no mostró "ninguna disposición a modificar su conducta" para restituir al depuesto mandatario, Manuel Zelaya, y restaurar la democracia.
La situación actual también es diferente a la registrada en agosto, cuando la OEA envió la primera misión de cancilleres a Honduras y que se topó con "objeciones muy fuertes" del Gobierno de facto al Acuerdo de San José, promovido por el presidente de Costa Rica, Óscar Arias, con el apoyo de la comunidad internacional.
La delegación regresó con las manos vacías de su viaje y esta vez el organismo interamericano no quiere enfrentarse con un panorama semejante.
Insulza dejó claro que solo se desplazaría a Honduras si existían perspectivas de un resultado concreto, y se ha asegurado personalmente, en una reunión el pasado martes con Micheletti y enviando una misión de avanzada, de que esta vez hay mayores posibilidades de éxito.
La delegación estará encabezada por Insulza, y la integrarán el subsecretario de Estado de EE.UU. para Asuntos del Hemisferio Occidental, Thomas Shannon, los cancilleres de Costa Rica, El Salvador, Guatemala y México, junto con los ministros de Estado para Relaciones Exteriores de Canadá, Peter Kent, y de Jamaica, Ronald Robinson.
La comitiva también incluirá, entre otros, al secretario de Estado para Iberoamérica de España, Juan Pablo de Laiglesia, y el secretario general adjunto para Asuntos Políticos de la Organización de las Naciones Unidas, Óscar Fernández Taranco.
La misión no va a Tegucigalpa a fracasar de nuevo. Más bien considera que esta ocasión su esfuerzo "parece mejor encaminado" a arrojar resultados, indicaron a Efe fuentes de la OEA.
De hecho, las últimas declaraciones de Micheletti, -que parece más abierto a concesiones y compromisos-, y la derogación el lunes del decreto que restringía varias garantías constitucionales, son "mensajes positivos", señalaron a Efe fuentes diplomáticas.
Las mismas fuentes consideraron, por ello, que "las perspectivas son mucho más claras" ahora.
También el presidente del Diálogo Interamericano, Peter Hakim, coincide en que el "clima ha mejorado", dado que hay más gestos de "buena voluntad" y disposición a resolver la crisis.
"Hay más posibilidades ahora (para lograr un acuerdo). Ellos quieren resolver esto, pero no será fácil", advirtió y agregó que si el diálogo fracasa, "habrá que pensar en otras medidas".
Una señal de que las dos partes quieren poner fin a la crisis es el hecho de que Micheletti y Zelaya han mantenido contactos. Ahora, lo que queda es instalar una mesa formal de diálogo.
Según las fuentes, las conversaciones se llevarán a cabo con "un marco definido", el Acuerdo de San José, aunque con la posibilidad de cambiar elementos del plan -que prevé un Gobierno de unidad nacional encabezado por Zelaya-, y con los "actores directos".
El organismo regional ve como probable escenario que el diálogo se instale primero con representantes de Zelaya y de Micheletti y, una vez esté en el horizonte un acuerdo, los dos se sumen al mismo.
El gobernante de facto ha invitado a los cancilleres a ser "testigos de honor" en el diálogo, mientras que la OEA prefiere verlo como un "acompañamiento" de las conversaciones, según el asesor de Insulza para Honduras, John Biehl.
El papel de la OEA no ha cambiado, lo que sí ha cambiado es el lugar de las negociaciones y el reconocimiento de que el Acuerdo de San José, forjado en el exterior, no es inamovible y de que los hondureños han optado por resolver su crisis en su propio país.
Las fuentes de la OEA consideraron que "parecen que están cercanos" los resultados deseados para zanjar la crisis en Honduras, pero otras desaconsejan hablar de optimismo, dado que en Tegucigalpa "puede pasar cualquier cosa", dijeron.
Insulza y la mayoría de los ministros de Exteriores se reunirán esta noche en Miami para ultimar su agenda y partir mañana a Honduras en un avión de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos.
En principio, se prevé que permanezcan en Tegucigalpa hasta el jueves.
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