Estambul (Turquía).- El director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, dijo hoy que aunque la recesión mundial ha concluido, la crisis continúa, y alertó de que el desempleo seguirá subiendo el próximo año en los países avanzados.
Strauss-Kahn hizo estas apreciaciones en la víspera de la Asamblea Anual del FMI y el Banco Mundial, en un centro de conferencias de Estambul con vistas al tráfico incesante del Bósforo, el estrecho que lleva del Mar Negro al Mediterráneo.
El trajín de los contenedores en el puerto turco y en el resto del mundo se ha reanudado después de la caída tremenda de la actividad en la primera mitad del año, uno de los indicadores de que la recuperación ha comenzado.
"La economía ha pasado el punto de inflexión", dijo Strauss-Kahn en una rueda de prensa y un discurso posterior en el Palacio Ciragar. "Eso no significa que la crisis haya terminado", aclaró el jefe del FMI, puesto que se trata de un repunte "frágil".
Se equilibra en dos patas endebles: los programas públicos de estímulo económico y el reabastecimiento de los inventarios, dos fenómenos que son temporales.
Strauss-Kahn afirmó que la recuperación económica podría atascarse "si la demanda privada en los países ricos es demasiado débil para convertirse en el motor principal del crecimiento".
Lo que está claro, a su juicio, es que el desempleo seguirá subiendo el próximo año en los países avanzados, donde la crisis ha dejado ya sin trabajo a 15 millones de personas, un nivel no visto desde la Segunda Guerra Mundial.
En Estados Unidos superará el 10 por ciento el próximo año y en la zona euro se acercará al 12 por ciento, aunque el país con la situación más grave será España, donde el desempleo rebasará el 20 por ciento, según los pronósticos del FMI.
Frente estas perspectivas aciagas, Strauss-Kahn pidió una ampliación de la protección de las personas sin empleo.
El ex ministro socialista francés sugirió ayudas para la formación, exenciones tributarias para los desempleados y recortes temporales de las contribuciones de las empresas a la seguridad social.
Más gasto público es una recomendación extraña en boca del FMI cuando los déficit ya alcanzan dos cifras en muchos países, incluido Estados Unidos, donde supera el 11 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Pero el organismo teme más aún, por ahora, que la recuperación sea un espejismo breve y que el mundo vuelva a caer en la recesión.
Al mismo tiempo, aunque la sangre ha regresado en el último medio año a unos mercados moribundos, el sistema financiero aún no funciona con normalidad, según el FMI.
El jefe del organismo pidió avances en la reforma bancaria "para limitar la actitud de toma de riesgos excesivos que todavía vemos en algunas entidades financieras" y dijo temer que la recuperación enfríe el celo por cambiar las cosas.
"Existe el peligro de que sin reglas que impongan nuevos límites, se formen de nuevo burbujas en los activos", advirtió Strauss-Kahn.
No será en Estados Unidos y Europa esta vez, sino en los mercados emergentes, que están inundados de dinero de inversores que usan la liquidez inyectada por los bancos centrales en los países ricos para comprar valores de mayor rendimiento en las naciones en desarrollo.
Una vez que las tasas de interés suban en los países avanzados, como es inevitable, este flujo de capital podría interrumpirse de forma drástica, advirtió Strauss-Kahn.
La crisis también ha provocado el aumento del tamaño de los grandes bancos, que han engullido a otras entidades con problemas.
Esos nuevos gigantes son un riesgo en sí mismos, dijo Strauss-Kahn, pues una mala gestión de sus negocios podría repetir el terremoto financiero que provocó hace un año el colapso del banco de inversión Lehman Brothers.
En medio de la incertidumbre, Strauss-Kahn quiere convertir al FMI en un pilar indispensable del nuevo orden financiero que funcione como una especie de banco central mundial.
El ex ministro francés aseveró que muchos países acumulan un elevado nivel de reservas porque "temen, y con razón, que se queden solos si son objeto de un ataque especulativo sobre su moneda".
En su lugar, propuso que el FMI cumpla el papel de depositario de reservas mundiales, a las que los países puedan echar mano en un momento de necesidad.
Strauss-Kahn admitió que para ello necesitará más de los 750.000 millones de dólares que los países han prometido depositar en el FMI.
César Muñoz Acebes
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