Buenos Aires.- Diego Maradona le gritó a Martín Palermo desde el borde del campo de juego "grande, animal", cuando el veterano delantero boquense marcó el miércoles su segundo gol en el partido amistoso que Argentina ganó ante Ghana (2-0).
El primero lo anotó con un violento zurdazo sin dejar que el balón tocara el suelo tras un centro de Fabián Monzón y el segundo de cabeza, al segundo palo, al recibir un lanzamiento de Federico Insúa, y Maradona aplaudía.
El público ovacionó al jugador de 36 años cuando se retiró del campo a los 57 minutos y más tarde el seleccionador argentino lo confirmó en la nómina de convocados para los partidos claves con Perú y Uruguay de las eliminatorias del Mundial 2010.
Ahora no son pocos los que ven a Palermo como titular ante Perú el día 10 próximo en el estadio 'Monumental', al lado de Lionel Messi y en un puesto que pretenden ocupar Carlos Tevez, Sergio "Kun" Agüero, Diego Milito, Gonzalo Higuaín y Ezequiel Lavezzi.
Martín Palermo hace 17 años y dos meses que debutó en la Primera División argentina, es el segundo goleador histórico del Boca Juniors y en el final de su carrera se ilusiona como un niño con ayudar al equipo albiceleste, que no lo tiene fácil, a conseguir el boleto a Sudáfrica.
Es un sueño de corto plazo, que tendría que cumplirse en apenas dos semanas, porque a estas alturas se impone la razón a la más mínima ilusión de ligar otra convocatoria a mediados de 2010 en el caso de que los argentinos vayan a Sudáfrica.
"El loco" Palermo alcanzó el punto más alto de su carrera hace casi nueve años, el 28 de noviembre de 2000, cuando en los primeros cinco minutos de juego liquidó con dos goles al Real Madrid en Tokio y aseguró para los boquenses la Copa Intercontinental.
Debutó en Primera en julio de 1992 con el Estudiantes de La Plata, equipo del que es simpatizante, con el que marcó 34 goles, y es ahora el máximo goleador en activo de Argentina.
Sumados los 208 que anotó con el Boca, cinco con la selección argentina, 21 con el Villarreal, uno con el Betis y tres con el Alavés, su marca profesional es de 272.
Todas estas cifras, ecuaciones y circunstancias se actualizan en momentos en que en el mundillo del fútbol local, lo cual refleja hoy la prensa de Buenos Aires, se da como alternativa a los padecimientos de la selección la titularidad de Palermo ante Perú.
El veterano delantero ha superado numerosas etapas de desaciertos y de críticas, como aquella que terminó tempranamente su primer ciclo en la selección argentina, cuando falló en la ciudad paraguaya de Luque tres penaltis frente a Colombia en la Copa América de 1999.
También sufrió dos lesiones importantes en su carrera. La primera en noviembre de ese año cuando se rompió los ligamentos cruzados de la rodilla derecha y estuvo siete meses inactivo.
La otra mientras jugaba en el Villarreal, en noviembre de 2001, cuando después de marcar un gol contra el Levante, en la Copa del Rey, se le cayó encima un muro de cemento y se fracturó el tobillo derecho.
Pero "el loco", como le llaman en Argentina, salió adelante de estas y de otras situaciones adversas con el estilo salvaje que le caracteriza como futbolista, ese que no le permite dar nunca un balón por perdido, ese que le impulsa al buscar con insistencia el tercer gol después de marcar dos, como sucedió el miércoles contra Ghana en Córdoba.
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