Washington.- El comandante en jefe del Ejército de Estados Unidos en Irak, Raymond Odierno, que hoy anunció en el Congreso la vuelta a casa de 4.000 soldados en octubre, pidió a los legisladores que EE.UU. mantenga su compromiso en Irak.
Odierno compareció en una audiencia del Comité de Fuerzas Armadas de la Cámara de Representantes sobre la marcha del conflicto en Irak, en la que señaló que, aunque las condiciones en ese país han mejorado, todavía se está construyendo una democracia por lo que "es importante seguir comprometido".
Desde que llegó a la Presidencia de EE.UU., Barack Obama anunció un cambio de estrategia para reforzar la misión en Afganistán y una retirada progresiva de tropas en Irak, con el fin de las misiones de combate para septiembre de 2010 y la salida de las tropas hacia finales de 2011.
"No queremos perder los progresos en seguridad que hemos hecho", dijo el general de cuatro estrellas, quien explicó que la salida de los 4.000 soldados se producirá antes de lo planeado inicialmente por la mejora de las condiciones en zonas como Anbar, una de las más conflictivas, donde quedará una brigada en vez de dos.
El general indicó que actualmente hay unos 124.000 soldados en Irak y espera cumplir el objetivo marcado por Obama para devolver a casa al grueso de las tropas en 2011 y dejar sólo un contingente de 50.000 soldados, en funciones de apoyo a las fuerzas iraquíes.
"No podemos simplemente irnos", dijo el general a los congresistas, "necesitaremos ayudar a desarrollar sus capacidades y continuaremos apoyándoles más allá del 2011, no con tropas, sino ayudándoles a mantener sus instituciones".
Odierno indicó que ya se han cerrado 200 bases y se han sacado unas 150.000 piezas de equipo de Irak, que han quedado disponibles para Afganistán.
El general, que no hizo referencia directa al impacto que tendrá el cambio de estrategia hacia Afganistán, dijo que Estados Unidos está trabajando para asegurarse de que tanto las fuerzas de seguridad iraquíes como el sistema político son suficientemente estables como para que las tropas dejen Irak a finales de 2011.
Las elecciones anticipadas que se celebrarán el próximo 16 de enero serán una prueba de fuego para comprobar la capacidad del Ejército iraquí, que tendrá que afrontar por sí mismo el mantenimiento de la seguridad durante el proceso electoral.
Odierno señaló que sus comandantes están vigilando de cerca las áreas del Kurdistán, donde las tensiones entre las distintas etnias se mantienen y Al Qaeda todavía quiere provocar conflicto.
"Todavía creo que las tensiones entre árabes y kurdos son la principal amenaza de inestabilidad dentro de Irak", dijo el general, que está intentando acercar a ambas y persuadirlas para organizar patrullas conjuntas, con ayuda de los estadounidenses, en zonas conflictivas como la ciudad de Kirkuk.
Kirkuk, situada a 250 kilómetros al norte de la capital, es un exponente claro de la división étnica en Irak, ya que mientras los kurdos, mayoritarios en la zona, claman por anexionarla a su región autónoma, sus habitantes árabes y turcomanos prefieren que se mantenga bajo la autoridad de Bagdad.
"Esto es algo que tenemos que resolver", subrayó.
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