Los periodistas lo esperaban con recelo. A cuentas hechas, sin embargo, el talentoso estilista texano Tom Ford ha convencido también detrás de la cámara. ‘A single man’ presentado a concurso en la Mostra de Venecia, que finalizó el pasado día 12, ha conquistado a prensa especializada y público. La sala se ha llenado de aplausos y más de uno tuvo que secarse las mejillas al encenderse las luces. Una emoción que desprende casi exclusivamente gracias al rostro dolido y a la mirada húmeda del protagonista, un excelente Colin Firth, que el jurado ha premiado con la Copa Volpi para el mejor actor masculino.
No era fácil traducir en imágenes ‘Un hombre soltero’, la pequeña novela de Christopher Isherwood que se sumerge en el dolor de un profesor universitario —impecable cincuentón— incapaz de enfrentarse a la pérdida de su queridísimo novio, muerto en un accidente de tráfico tras 16 años de vida juntos, en la California de los primeros años 60. La única espalda sobre que llorar es la amiga (y ligue) de su juventud, Charley (Julianne Moore en la película) que en vano espera casarse con él y poner así un parche a sus propios fracasos sentimentales.
El diseñador ultra chic (que renovó la imagen de Saint Laurent y de Gucci) convence en su salto del lápiz a la cámara. Ford cocina para la gran pantalla una equilibrada mezcla entre el amor tierno, fuerte de pequeños detalles de la vida cotidiana, reconstruido por los flash back del protagonista, empapados de una luz cálida y anaranjada y el amor desesperado, el de la pérdida irrecuperable, que se desarrolla en el tiempo real de la cinta, un presente frío, de tonos cupos y azules. El dolor de la nostalgia se aplaca en una estética casi maniática. Cada escena podría transformarse en una foto publicitaria. Todo es perfecto: la casa de cristal del protagonista, su coche, su camisa blanca almidonada, los zapatos, las gafas de marca. En este contexto de orden y perfección, seguimos la última jornada de George, que acaba valorando la belleza de la vida aunque esté planeando suicidarse.
El ex novio de Bridget Jones aparece transformado, maduro, su rostro carga con el entero peso del drama. No hay segundo, de los 99 minutos que dura la película, que Firth no esté en escena. En la rueda de prensa dijo que el suyo no es un papel militante: "Se trata de una historia de amor honesta, total, no exclusivamente homosexual. Cuenta las pequeñas dulzuras que hacen grande una relación y la desesperación por la pérdida de tu ser más querido. Hombre o mujer que sea. Cuenta verdades universales". Sin embargo se vislumbran pinceladas de crítica a una sociedad que obliga a esconderse a dos personas del mismo sexo que se aman: "En la ficción la familia de mi novio me prohíbe ir al entierro. En la realidad, mientras rodábamos aquella secuencia de rechazo social, en la avanzadísima California se aprobó la ‘preposition 8’ que veta las bodas gay", comenta el actor.
La primera obra del Tom Ford director ganó en Venecia el premio colateral Queer Lion otorgado por Gustav Hofer y Luca Ragazzi (cineastas ellos también con el pluri premiado documental ‘All’improvviso, l’inverno scorso’) y se impone entre las películas de temática homosexual que marcan hitos en la historia del cine. Aquí van algunas. Nuestras favoritas.
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