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Una psicóloga argentina atribuye las nuevas neurosis a la "mano negra" del mercado

EFE
Actualizado 25-09-2009 23:04 CET

Brasilia.-  La "mano negra" del mercado es capaz de generar crisis financieras y también de "inventar" nuevas neurosis, para las que "siempre tiene lista y a la venta una píldora que las cura", según la psicoanalista argentina Marta Gerez-Ambertín.

La analista, que asistió en Brasilia a un Congreso Internacional de Psicoanálisis y Derecho, organizado por la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis de la capital, dijo en una entrevista con Efe que los mejores ejemplos de neurosis actuales son la bipolaridad y el ataque de pánico, que calificó como meros "inventos" del mercado.

La bipolaridad se define desde el punto de vista clínico como un trastorno maníaco depresivo, que lleva a una persona de una euforia incontrolable a una aguda depresión sin causa aparente o viceversa, mientras que la característica del ataque de pánico es una fuerte angustia ante determinadas situaciones.

Según Gerez-Ambertín, profesora de las universidades Nacional de Tucumán (Argentina), Nacional Autónoma de México (UNAM) y de la de Costa Rica, se trata en ambos casos de neurosis "re-bautizadas" por "el mercado mundial de psicofármacos", que convence a la sociedad de que pueden ser superadas con remedios.

"Ofrecen píldoras para obtener la felicidad", pero "primero crean la pastilla y luego inventan un nuevo cuadro clínico", indicó.

Sostuvo que el síndrome de pánico "no es más que una angustia que puede ser generada por múltiples factores" y tratada sin necesidad de fármacos.

En cuanto a la bipolaridad, indicó que "todas las personas pasan por diferentes estados de ánimo a lo largo de un día", por lo que tampoco supone una neurosis que deba ser tratada con medicamentos.

Sin embargo, afirmó que los grandes laboratorios han creado "una píldora para cuando una persona está triste y otra para cuando está eufórica", que se usa para que ese individuo llamado bipolar "vuelva al estado de depresión".

Según Gerez-Ambertín, el auge de los psicofármacos ha producido un cierto declive del psicoanálisis, pues en una sociedad global en la que "la regla es el consumo, es mucho más atractiva una píldora que la palabra".

La analista consideró que esa realidad es consecuencia de la alienación generada por la sociedad de consumo, que ya había sido anticipada por Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, después de la primera Guerra Mundial.

"Con una capacidad de predicción del futuro increíble, Freud vaticinó más violencia, una apuesta feroz en el consumismo para una franja pequeña de la sociedad, y una creciente franja de pobreza y exclusión", todo lo que caracteriza a la sociedad actual, apuntó.

En su opinión, "el neocapitalismo, montado en su nueva majestad el señor mercado, ha generado el pasaje del ciudadano al consumista" y "aquel que no puede consumir deja de ser ciudadano y se convierte en excluido", aunque aún así "le sirve al mercado para experimentar medicinas o drogas y hasta para que sus políticos consigan votos".

Gerez-Ambertín también atribuyó a la "muerte de las ideologías" el agravamiento de todos esos fenómenos y parte del declive sufrido por el psicoanálisis.

La terapia psicoanalítica era, según la analista argentina, "un enemigo aparente de las ideologías hasta hace unos años atrás, pero hoy parece ser una de las pocas ideologías que realmente busca que el ser humano procure el contacto social".

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