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La segunda planta nuclear iraní deja a Teherán más cerca de nuevas sanciones

EFE
Actualizado 25-09-2009 21:08 CET

Pittsburgh (EE.UU.).-  La confirmación hoy de que Irán cuenta con una planta de enriquecimiento de uranio desconocida hasta ahora acerca la posibilidad de nuevas sanciones contra el régimen de la República Islámica, a la espera de la reunión de Ginebra.

En una comparecencia ante los medios al margen de la cumbre del G20 que se celebra en Pittsburgh (EE.UU.), los líderes de Estados Unidos, Barack Obama; Francia, Nicolas Sarkozy, y Reino Unido, Gordon Brown, aseguraron que la construcción de esa planta viola drásticamente los compromisos internacionales iraníes.

Irán debe cooperar de manera "total y exhaustiva" con el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), afirmaron los tres líderes, solo unas horas después de que esa agencia anunciara que Teherán había reconocido la existencia de "una nueva planta piloto de enriquecimiento (de uranio)" en una carta enviada el lunes.

Sobre todo, Teherán deberá permitir el acceso sin restricciones a los inspectores internacionales cuando el 1 de octubre sus representantes se reúnan en Ginebra con el G6, los países encargados de negociar sobre el programa nuclear iraní, en un encuentro que la Casa Blanca ha descrito como "de importancia vital".

El G6 está formado por Estados Unidos, China, Rusia, Reino Unido, Francia y Alemania.

Si para diciembre Irán no ofrece un cambio sustancial en su actitud, "habrá que adoptar sanciones", advirtió el presidente francés, un punto en el que se mostraron de acuerdo Obama y Brown.

Para el jefe de la Casa Blanca, la comparecencia de hoy representa un nuevo paso en un giro gradual en su política hacia Irán.

El candidato demócrata que se declaraba dispuesto durante la campaña electoral a reunirse con líderes de países hostiles, y que al principio de su mandato ofrecía "un nuevo comienzo" en la relación, ha dado paso a un presidente pragmático que asegura que aunque mantiene su oferta, "no abriga ilusiones".

En los últimos meses, y ante las dilaciones de Irán, Obama ha advertido en un tono cada vez más apremiante de la posibilidad de nuevas sanciones.

Para ello, cuenta con el apoyo decidido del Reino Unido y Francia como miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU.

Hasta ahora, China y Rusia se mostraban renuentes, pero esa posición, según Estados Unidos, podría cambiar debido a la existencia de esta nueva planta en la ciudad de Quom, a unos 160 kilómetros al suroeste de Teherán.

Según un alto funcionario estadounidense, su Gobierno ha comenzado a informar detalladamente a los países del G6 sobre la segunda planta nuclear iraní.

"Creemos que beneficiaría a los esfuerzos diplomáticos el que se sepa que Irán está violando sus compromisos internacionales", explicó el alto funcionario, quien apuntó que esa estrategia "ya ha comenzado a dar fruto".

Obama avanzó la información sobre las instalaciones el pasado miércoles al presidente ruso, Dmitri Medvédev, en una reunión bilateral en Nueva York.

Al término de ese encuentro, Medvédev dio su primera señal de que estaría dispuesto a apoyar la imposición de sanciones. Aunque esas medidas "raramente dan resultado, en ocasiones son inevitables", aseveró.

El mandatario ruso, uno de los participantes en la cumbre del G20 -que reúne a los líderes de las principales economías mundiales- compareció hoy ante los medios para demandar a Irán que "colabore plenamente" con el OIEA, si bien puntualizó que es partidario de "continuar el diálogo" con el régimen de Mahmud Ahmadineyad.

Obama también se entrevistó con el jefe de Estado chino, Hu Jintao, el martes, aunque en esa ocasión no reveló a su contraparte la existencia de la planta. Sin embargo, después sí se le informó, según altos funcionarios estadounidenses.

Las fuentes expresaron su creencia de que China cambiará su postura una vez haya asimilado la información.

"China está absorbiendo sólo ahora en su totalidad las últimas revelaciones", indicaron.

En este sentido, el portavoz del Gobierno de Pekín, Ma Zhao Xu, también exigió hoy desde Pittsburgh a Irán que coopere con las investigaciones del OIEA sobre su capacidad nuclear.

Los analistas coinciden en que la existencia de una segunda planta nuclear iraní -que según fuentes estadounidenses aún le faltan unos meses para estar operativa- representa un argumento contundente por parte de EE.UU. para recabar apoyos a la opción de las sanciones.

Según James Acton, del Fondo Carnegie para la Paz Internacional, la existencia de una planta secreta de enriquecimiento de uranio "debería convencer a los dudosos de que el programa iraní no tiene fines pacíficos".

De acuerdo con funcionarios estadounidenses, la planta de Quom, que se suma a la ya conocida en Natanz, cuenta con cerca de 3.000 centrifugadoras, una cantidad insuficiente para enriquecer uranio con fines civiles, pero sí bastante para fabricar una o dos bombas atómicas al año.

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