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"Sexties", cuando el cómic perdió su inocencia

EFE
Actualizado 24-09-2009 22:12 CET

Bruselas.-  Arte pop, revolución sexual y psicodelia. De ese cóctel explosivo bebieron los autores Guido Crepax, Jean-Claude Forest, Guy Peellaert y Paul Cuvelier para crear el cómic erótico en los años 60, protagonista de la muestra "Sexties", que inaugura hoy el Palacio de Bellas Artes de Bruselas.

La exposición reúne por vez primera un centenar de planchas originales, dibujos, esculturas, proyecciones y ampliaciones de viñetas a gran escala que retratan esa época en la que el cómic dejó atrás su infancia y se hizo adulto.

Pero las verdaderas estrellas de "Sexties" (abierta al público hasta el 3 de enero) son Barbarella, Valentina, Pravda y Emmanuelle, entre otras heroínas elevadas a la categoría de mitos eróticos por varias generaciones de lectores.

En plena ebullición creativa y metamorfosis social, el italiano Crepax, el francés Forest y los belgas Peellaert y Cuvelier desterraron los tabúes y complejos del noveno arte para expandir sus posibilidades expresivas y llegar a un público exclusivamente mayor de edad.

Sus obras modificaron la evolución del cómic "no sólo para dirigirlo a un público adulto, sino para hacerlo adulto en sí mismo", dijo el comisario de la exposición, Pierre Sterckxx, en una rueda de prensa.

Desde un punto de vista siempre masculino -dado que los cuatro autores son hombres-, la viñetas expuestas incluyen desnudos explícitos, escenas lésbicas, sexo con animales y robots, voyeurismo e incluso masoquismo, pero sin llegar a traspasar la línea que separa al erotismo de la pornografía.

"Si alguien califica a uno de estos cuatro autores de pornográfico, es que no ha comprendido nada. Sus dibujos retrasan la satisfacción, al contrario que el cine o la fotografía porno, que muestran directamente el objeto de deseo", afirmó el comisario, crítico de arte y experto en cómics belga.

El "gran maestro" de la historieta erótica es Guido Crepax (1933-2003), quien tuvo una producción más abundante, se atrevió con contenidos "de más alto voltaje" -como el sadomasoquismo-, y que ocupa uno de los espacios más destacados de la muestra.

Crepax creó en 1965 el personaje de Valentina, una fotógrafa inspirada en la actriz de cine mudo Louise Brooks, y revolucionó la historia del cómic con su narrativa basada en "flash-backs", alucinaciones y delirantes fantasías sexuales, estilo definido como "surrealismo erótico".

Con su elegante trazo en blanco y negro, Crepax adaptó más tarde grandes clásicos de la literatura erótica como "Histoire d'O", "Emmanuelle" o "Justine", también presentes en las exposición.

Jean-Claude Forest (1930-1988) abrió camino al cómic erótico de ciencia ficción en 1962 con Barbarella, encarnación de la mujer moderna basada en el físico de Brigitte Bardot e interpretada posteriormente en el cine por Jane Fonda.

Las obras de Forest cosecharon a partes iguales escándalo social y éxito editorial, gracias al dibujo sensual y a ingeniosos argumentos que evocaban "utopías angustiosas, monstruosas y robóticas", según el comisario.

Paul Cuvelier (1923-1978), por el contrario, retrocedió al arte clásico para inspirar sus cómics, poblados por amazonas, gladiadores o personajes mitológicos como minotauros.

Cuvelier, del se exponen casi tantas planchas originales como dibujos y bosquejos a carboncillo, es el autor "de más calidad artística" de la muestra, y según Sterckxx, su técnica de dibujo del cuerpo alcanza un nivel de perfección "similar al de Rafael o al de Auguste Dominque Ingres".

Guy Peellaert (1934-2008), por último, se prodigó poco en la historieta -sólo creó dos series, Jodelle y Pravda, iconos de la estética psicodélica y presentes en la exposición-, y se dedicó posteriormente a la pintura.

Este polifacético artista belga es el responsable de portadas de discos legendarios como "It's Only Rock and Roll", de los Rolling Stones, o "Diamond Dogs", de David Bowie; y de carteles de películas de culto como "Taxi Driver" (Martin Scorsese) o "París, Texas" (Wim Wenders).

Hasta la fecha nunca se habían reunido los trabajos de estos cuatro autores ni se había organizado una exposición de este tipo, según Sterckxx.

Sólo una ciudad como Bruselas, que en 2009 celebra "el Año del Cómic", podía acoger en su Palacio de Bellas Artes una muestra sobre cómic erótico y empapelar sus calles con provocadores carteles para promocionarla.

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