San Sebastián.- Es uno de los grandes actores británicos y esta noche recibirá el Premio Donostia del Festival de San Sebastián y antes de recogerlo ha hablado de su trabajo en el cine y el teatro y ha dicho que "la idea de estrella" le es "un poco ajena".
McKellen se ha sometido a las preguntas de los periodistas en una larguísima rueda de prensa, en la que no han faltado sus referencias a su condición de gay y su activismo a favor de la causa homosexual.
Sus personajes favoritos son siempre los últimos que interpreta. En este momento no prepara ninguno, pero si hay un rol que le encantaría es el de mujer, aunque no el tono caricaturesco de la única vez que se ha puesto en la piel femenina.
McKellen (Burnley, 1939) llegó tarde al cine, pero sus papeles en "Ricardo III" o en "Dioses y monstruos" le otorgaron un inmediato reconocimiento. Con sus interpretaciones en "El señor de los anillos" y "X-Men" obtuvo la popularidad mundial, que ya tenía en el Reino Unido por sus apariciones televisivas.
No le preocupa que le asocien "permanentemente" al Gandalf de la película de Peter Jackson, más bien se considera "afortunado" por haber quedado vinculado a un clásico de la literatura inglesa, "un modelo, un hombre bueno y valiente".
McKellen ha distinguido entre dos clases de actores, los que sienten confianza en sí mismos y sólo quieren ser ellos mismos, como Cary Grant, Bogart o Hugh Grant -"a los que queremos y no deseamos que sean diferentes"-, y los que, como él, son "más modestos y tímidos" y sólo buscan ocultarse tras sus personajes.
"Esa es mi motivación. Siempre me ha gustado hacer algo diferente y procuro buscar papeles que no se parezcan a los anteriores", ha declarado el nuevo Premio Donostia, que ahora se considera un actor "cien por cien de cine".
Una de las pautas que sigue al elegir sus películas es que sea una historia que él iría a ver al cine y que además exista "cierto peligro" para lanzarse "a tope".
Cree que se presta demasiada atención a los actores, que sitúa en una escala no demasiado alta en el proceso de producción de un filme, y en una algo superior cuando de trata de teatro.
"En el teatro los actores desempeñan una responsabilidad extra", ha asegurado McKellen, que ha defendido el cine independiente, en el que le gusta participar porque esas películas "tienen que hacerse".
Le agrada también ver cómo Hollywood está haciendo hueco y con éxito a los filmes de temática homosexual, y ha asegurado que sintió "un gran placer" al ver cómo "Harry Milk" triunfaba en los Oscar.
"Hollywood está empezando a crecer. La industria tiene una responsabilidad para seguir con esta causa y se está poniendo al día. Hay todavía otros lugares en que se asesina por esto", ha subrayado el actor británico, que en el colegio era de "los que recibían las palizas".
Ha comentado que quizá porque vieron en él "algo extraño" fue por lo que sufrió ese "bulling homofóbico", un tema sobre el que él habla ahora a los escolares de su país, "para que no sean horribles los unos con los otros".
Antes que actor quiso ser cocinero y periodista, pero tras su paso por la Universidad tuvo muy claro que "sólo" deseaba ser actor.
A ello se ha dedicado la mayor parte de su vida y por ello le ha premiado el Festival de San Sebastián.
"Me gusta que el Premio Donostia sea a toda mi carrera, que de todas formas no siento que aún haya acabado", ha afirmado.
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