¿Se bajarían el sueldo ministros y oposición? Ellos contestan

"Mi sueldo como ministro se ha reducido un 50% en relación con el que ganaba antes de serlo. Aún así, si la propuesta de bajarse el sueldo se concreta, yo no tendría ningún problema en asumirla. Rajoy debería dar ejemplo. Lo primero, presentar la propuesta. Claro que siempre puede renunciar a uno de sus dos sueldos". El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, responde así a la declaración que hizo ayer el líder del PP en el programa de Ana Rosa Quintana. Para la mayoría de los diputados, que dijese que está dispuesto a un recorte en su salario suena demagógico, porque lo lógico siempre es predicar con el ejemplo. Aunque en política lo que se lleva es difundir intenciones, que suelen acabar diluyéndose.

Ahora que cada vez más empresas están pidiendo a sus trabajadores que reduzcan su salario coyunturalmente, ante la posibilidad de acabar en la calle, nos acercamos al Congreso de los Diputados para comprobar hasta dónde están dispuestos a llegar. Queremos saber si la semana que viene, durante el debate de los presupuestos generales del Estado, cuando el Gobierno concrete la subida de impuestos, algún grupo planteará en firme una reducción de sueldos en línea con la austeridad que todos los políticos defienden. Soraya Sáenz de Santamaría, portavoz popular, asegura que "Rajoy es muy de austeridad. Nosotros, si hay que bajarse los sueldos, lo haremos", aunque a nivel grupo o partido confiesa que no existe un planteamiento de este tipo. El responsable de Economía, Cristobal Montoro, explica que "esa es una iniciativa del presidente, una intención suya", y enseguida desvía el tema: "Yo lo que quiero es conocer la opinión del Gobierno y en términos de salarios, ¿qué van a hacer con los de los funcionarios? ¿se van a congelar? Insisto en que no se trata de mermarlos más sino de aumentar la capacidad adquisitiva y eso sólo se logra bajando los impuestos, no subiéndolos".

La vicepresidenta segunda y ministra de Economía prefiere no mojarse: "Yo estoy decidida a que todos hagamos un ejercicio de austeridad y pido, de nuevo, al PP que diga de una vez cómo reducirían el gasto". A lo que no renuncia ningún político es a pasar la pelota al contrario, en un juego infinito que alguna empresa de videojuegos debería patentar para que siguieran practicando en casa. "Los políticos somos los que primero debemos de dar ejemplo. Ahora que toca apretarse el cinturón, acabamos de volver a congelar nuestro sueldo en el Congreso, pero si hay que insistir en la austeridad, pues habrá que seguir tomando las medidas que sean precisas", Ana Pastor, ex ministra de Sanidad con Aznar y miembro de la mesa del Congreso, no duda en hacer piña con el jefe. A Trinidad Jiménez, actual ministra de Sanidad, en cambio, las palabras de Rajoy le resultan "una anécdota. Esto debería formar parte de una estrategia. Si el Congreso de los Diputados toma esta decisión, pues muy bien. Y si el Gobierno opta por esta medida, pues muy bien. Yo me adapto a todo".

Rechazar abiertamente bajarse el sueldo tendría un impacto tan negativo en la opinión pública que es difícil que algún político se niegue en redondo, sobre todo sabiendo que de producirse debería contar con el beneplácito general. José Antonio Alonso, portavoz socialista tiene un plan: "Vamos a proponer que se congele el sueldo de los diputados hasta que se produzca la recuperación económica. El señor Rajoy lo que debería es bajarse el sueldo en lugar de hacer declaraciones tan demagógicas o donar parte de su sueldo a una institución". Gaspar Llamazares, diputado de IU, maneja otro argumento: "¿Por quién empezamos? ¿por el sector empresarial? ¿por el sector financiero que se sigue negando a aceptar al congelación de los bonos? No tengo inconveniente en bajarme el sueldo pero con un reparto equitativo. Lo que no estoy es dispuesto a que sirva de ejemplo para acto seguido bajar los sueldos de funcionarios y mileuristas".

Son pocos los que se atreven a sugerir, como proclamaban abiertamente el curso pasado cuando se les acusaba de no acudir a los plenos, que su remuneración es raquítica en comparación con la de otros diputados europeos. Sin embargo, Ángel Gabilondo, ministro de Educación, que todavía se mantiene libre de contagio de las maneras políticas, propone que "se publiquen los sueldos de los cargos públicos y luego se abra un debate. Yo cobro alrededor de 4.700 euros al mes. Seguro que hay periodistas que ingresan más. Para mí, la austeridad es crucial pero no sólo ahora sino como una norma". Rosa Díez es más políticamente correcta. La líder de UPyD, considera que "el debate de los presupuestos que se celebra la semana que viene es el momento ideal para expresar con el voto la opinión. Yo lo haré cuando pueda quedar reflejada en una ley".

Francisco Caamaño también se sale por la tangente y se agarra al discurso oficial de "a ver si Rajoy deja de hacer demagogia y dice de dónde recortaría él, si reduciría la policía o los funcionarios...". A José Luis Ayllón, secretario general del grupo popular en el Congreso y a José María Lassalle, a pesar de no tener conocimiento de las palabras de su presidente, no les costaría renunciar a una parte de su sueldo. "El escenario en el que se mueve la clase política es diferente. Es evidente que debemos dar ejemplo y practicar austeridad, por eso no nos podemos comparar con otros profesionales. En ese sentido, si se considera que bajarnos el sueldo tendría efectos beneficiosos, me parece razonable hacerlo", concluye Lassalle, uno de los hombres de confianza de Rajoy. Mientras, en los pasillos, se comenta la ausencia de Rajoy, quien también faltó a la sesión de ayer por la tarde, y se realizan los cálculos de cuántos diputados estaban ausentes. Más del 80% de los del PP y el 50% del PSOE. ¿Es esto ganarse el sueldo con el sudor de la frente?, se preguntan algunos.