Madrid.- La selección española de baloncesto, medalla de oro en el Europeo de Polonia, culminó una larga jornada de celebraciones en la plaza de la Cibeles de la capital española con un empujón a la candidatura de Madrid 2016, que dentro de unos días sabrá si podrá organizar los JJ.OO. de ese año.
Arropados por los casi dos mil aficionados que se acercaron a la plaza donde se encuentra el Ayuntamiento de Madrid, los flamantes campeones de Europa culminaron un día histórico enfundándose las camisetas de Madrid 2016. El alcalde Alberto Ruiz Gallardón entregó personalmente las elásticas a cada uno de los jugadores del combinado nacional.
Casi tres cuartos de hora antes, un autobús descapotable descendió por la calle Gran Vía para aparecer, con quince minutos de retraso, en la plaza de la Cibeles, donde muchos aficionados esperaban impacientes para ver a sus ídolos.
Los hombres que Sergio Scariolo ha dirigido hacia la victoria bajaron del autobús, saludaron al alcalde Alberto Ruiz Gallardón y a su vicealcalde Manuel Cobo, y, sin perder tiempo, ascendieron hacia una tarima preparada para saludar a los aficionados.
Uno a uno, llamados por un presentador, hicieron acto de presencia ante el público congregado en Cibeles. Jorge Garbajosa, Alex Mumbrú, Marc Gasol, Sergio Llull, Raúl López, Carlos Cabezas, Felipe Reyes, Víctor Claver, Juan Carlos Navarro, Ricky Rubio, Rudy Fernández y Pau Gasol, por ese orden, se colocaron delante de los aficionados, y uno a uno saludaron y animaron, durante media hora, a los presentes.
Los más aclamados, Pau Gasol y Felipe Reyes, ofrecieron el micrófono al capitán, Juan Carlos Navarro, que fue el primero en los discursos. "Ver esto así es impresionante. Quiero dar las gracias al presidente, a mis compañeros y al cuerpo técnico por todo lo que hemos logrado. Es histórico", dijo.
Después, todos, con Alex Mumbrú y Sergio Llull ejerciendo de maestros de ceremonia, hablaron, botaron, e incluso cantaron ante los cerca de dos mil aficionados que ocuparon la mitad de la plaza.
"Hemos sido un equipo y hemos ganado un campeonato. Hemos sacado la casta, el orgullo y hemos logrado algo histórico. Hacéis que esto sea algo especial", gritó Gasol. El pívot español escuchó una decena de veces un cántico que desde ayer domingo no ha parado de sonar. ¡MVP, MVP!, se ha convertido en el grito de guerra de la hinchada española, que ayer celebró que Gasol fuera nombrado mejor jugador del torneo.
Tal vez la canasta decisiva que falló en la final de la anterior edición del Europeo ha provocado una catarata de intensas emociones para Pau Gasol, que con el título logrado en Polonia ha podido olvidar aquel mal trago. Quizás si el tiro ante Rusia hubiera entrado, y el del domingo hubiese sido el segundo trofeo europeo consecutivo logrado por España, Gasol se hubiese emocionado igual. Su compromiso con esta selección es innegable.
El mejor jugador que ha tenido el baloncesto español se arrancó con algunos cánticos y bromeó con el público. Dio botes junto a Gallardón y demostró que todavía se encuentra afónico tras una larga noche y una jornada de recepciones, entre ellas las del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y los Reyes de España, que homenajearon a la selección durante el día.
Pero no fue el único que animó el cotarro. Rudy Fernández bailó "A good Night" de los Black Eyed Peas. Sergio Scariolo reconoció el trabajo de sus jugadores y dijo:. "Tenéis que estar muy orgullosos. Tienen talento y ética de trabajo. Han superado muchos obstáculos y no ha sido fácil. Son grandes".
Llull se arrancó con el "Viva España"; Ricky, muy tímido, proclamó a los cuatro vientos su emoción; Garbajosa apostó por el "campeones campeones" ("ni discursos ni leches, a cantar", gritó); Raúl López se mostró sorprendido por la gran recepción del público; Felipe Reyes señaló que "es un placer" llevar el oro colgado, y hasta los hijos de Scariolo cantaron.
Después, tras un "apasionado" beso entre Pau Gasol y Reyes, Gallardón hizo acto de presencia, y el alcalde dio tres botes, no quiso hablar para no restar protagonismo a los jugadores, y ofreció a cada uno de ellos unas camisetas de la candidatura de Madrid 2016. Con ella puesta, llegaron los confetis, sonó la música y la fiesta acabó. Patrick Baumann, presidente de la FIBA, con derecho a voto en Copenhague, donde se decidirá la sede de los JJ.OO. del 2016, presenció en directo el espectáculo, y seguramente se llevó una buena impresión.
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