Hay situaciones que marcan un antes y un después. Para los geles antisépticos, que permiten el lavado de manos sin agua, la aparición de la Gripe A ha dado un giro en su hasta ahora aburrida existencia. De no venderse apenas, a agotarse los stocks en el mes de septiembre. Bastó una frase de la ministra de Sanidad advirtiendo de la necesidad de lavarse las manos como prevención contra la pandemia del siglo XXI para que el producto se pusiese de moda y empezase a desaparecer de las farmacias. Y claro, ahora tú, que todavía no lo has comprado, te preguntas ‘¿Soy un inconsciente? ¿Estoy jugando con mi salud?’ ¡Tranquilo, no pasa nada! Según los expertos en farmacia y medicina, "es tan eficaz como lavarse las manos con agua y jabón".
"Un antiséptico es toda aquella sustancia que impide que los microorganismos crezcan en un tejido vivo", nos explican desde el Consejo General de Colegios Farmacéuticos. En otras palabras: tan antiséptico es el gel por el que pagas cinco euros en la farmacia, como el jabón de manos de toda la vida que te cuesta dos en el súper o incluso el alcohol etílico que usaban tus profesores cuando eras pequeño para limpiarte las heridas en el colegio. "Lo que pasa es que la gente cree que, cuando pagas por algo, resulta más eficaz", añaden. Para ellos estos geles "sólo deberían ser una alternativa".
En realidad, el virus sólo sobrevive varios minutos en las manos; pero, cuando se trata de una superficie dura, no porosa, pongamos por ejemplo las barras donde nos agarramos en el metro o en el autobús, su supervivencia es de más de un día. Esto explica el boom de ventas que estamos presenciando.
Entre agosto y lo que va de septiembre, en la distribuidora farmacéutica Cofares han vendido 15.000 botellas de 125 ml, 30.000 cajas de cinco toallitas, otras 30.000 cajas con 10 monodosis y 275 botellas de 500 ml de Alco-aloe (una de las marcas que comercializa este producto). "Hace un año no vendíamos ni 50 botes y éste hemos tenido que dar productos de alta porque los teníamos en el catálogo pero no en el almacén", nos explican. Algo parecido ha pasado en el Grupo Hefame . Aunque no tienen datos oficiales, aseguran que "la demanda se ha disparado desde que empezaron las noticias en los medios" y que incluso "ha habido roturas de stocks en septiembre".
Tal es el boom, que en muchas empresas y organismos oficiales han instalado dispensadores de gel antiséptico en sus pasillos, como el Senado, el Parlament de Catalunya o Caja Murcia. Además, NH Hoteles ha anunciado que, como medida preventiva, distribuirá a sus clientes un gel higiénico en seco para manos junto al resto de los tradicionales productos disponibles en las habitaciones. Y no queda ahí la historia. Porque los restaurantes del grupo Plato & Placer de Madrid también suministran a sus clientes monodosis de gel desinfectante.
Y podríamos seguir dando ejemplos y llegar a internet, porque en la red proliferan las recetas de cómo fabricar este antiséptico en casa (aquí puedes ver un vídeo).
No obstante, hasta que la Gripe A no hizo aparición en nuestras vidas, los geles antisépticos tenían un uso limitado a "hospitales y quirófanos, no eran de venta habitual en farmacias", aseguran desde el Consejo. Pero, con tanta alarma y tanta comparecencia, es normal que a más de uno (y de dos) le entre el pánico y la obsesión por la limpieza. Incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Ministerio de Sanidad nos dan instrucciones de cómo hacerlo ( PDF: 293KB). "Es evidente que hay un miedo general y hay gente que se aprovecha de la paranoia", aseguran en el Consejo.
La mayoría de geles antisépticos que se venden en farmacias y supermercados está compuesto por una base de alcohol. "A nivel dermatológico, no son perjudiciales", nos explica la dermatóloga Elena de las Heras. "Si no tienes un eccema o si no eres atópico, podrías utilizarlo sin ningún problema", puntualiza. Además, a casi todos "se les añade aloe vera u otros agentes hidratantes que compensan el efecto del alcohol". Aún así, siempre es recomendable, como dicen en muchas farmacias cuando adquieres el producto, "usar crema de manos para evitar la sequedad" que provoca un lavado continuado de la piel.
Para José María Blanquer, coordinador del área de Infecciones Respiratorias de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), estos geles "son válidos para gente que trabaja con enfermos, en los hospitales, pero no hay que obsesionarse con lavarnos las manos 80 veces al día".
El Ministerio dice que lo recomendable es hacerlo "después de toser, después de estornudar, tras sonarse, tocarse la nariz o la boca, antes y después de cada comida, antes y después de cambiar pañales, tras ir al aseo, tras jugar o tocar juguetes comunes o cuando estén visiblemente sucias". Sin embargo, Blanquer matiza "hay que hacerlo con sentido común", porque no es lo mismo "una persona que está en casa o en su oficina a uno que está todo el día en la calle o trabaja manipulando alimentos".
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