Roma.- El empresario italiano Giampaolo Tarantini, quien supuestamente llevaba prostitutas de lujo a las fiestas del primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, ha asegurado desde la cárcel de Bari, donde se encuentra tras ser detenido este viernes, que no tenía ninguna intención de huir de Italia.
"No quería huir, no tenía ninguna intención de ir a Túnez ni de transferir mis intereses a otro lado", ha dicho Tarantini en unas declaraciones que transmitió hoy a la prensa su abogado, Nicola Quaranta.
El empresario, al que se investiga también por una supuesta trama de concesiones ilegales a cambio de sobornos y por una supuesta inducción a la prostitución, fue detenido ayer en el aeropuerto de Bari (sureste de Italia) bajo la acusación de tráfico de drogas.
La autoridades judiciales de la ciudad italiana habían ordenado su detención al considerar que existía riesgo de fuga, en particular a Túnez, y de alteración de las pruebas sobre las que se está llevando a cabo la investigación, en la que hay otros tres indagados: Alessandro Mannarini, Stefano Iacovelli y Massimiliano Verdoscia.
"Giampaolo Tarantini está sorprendido porque, en su estado, es incomprensible hacer hipótesis sobre un peligro de fuga y sobre la alteración de las pruebas porque él nunca ha contactado ni intentado contactar con ninguno de los investigados en este asunto", afirmó hoy Quaranta, en unas declaraciones que recogen los medios de comunicación italianos.
"Tarantini no quería huir ni alterar las pruebas. Ayer llegaba a Bari desde Roma, ciudad en la que vive de forma habitual con su familia, porque tenía una cita con sus defensores para presentar una acción contra un diario nacional que le había atribuido declaraciones falsas", añadió.
El abogado de Tarantini, quien indicó que lo más probable es que se le realice un nuevo interrogatorio al empresario el próximo lunes, aseguró que su defendido sólo estuvo en mayo pasado en Túnez por vacaciones y que no tenía intención de trasladarse allí.
El nombre de Giampaolo Tarantini salió por primera vez a la luz pública el pasado 22 de junio, cuando el diario "La Repubblica" informó de que la Fiscalía de Bari estaba investigando algunas fiestas privadas celebradas en las residencias de Berlusconi en Cerdeña (Villa Certosa) y Roma (Palacio Grazzioli) por una supuesta inducción a la prostitución.
Esta investigación surgió, a su vez, de la que previamente se había iniciado al empresario por una supuesta trama de concesiones ilegales en el ámbito de la sanidad a su empresa "Technohospital" a cambio de sobornos, en virtud de unas escuchas telefónicas realizadas a Tarantini en las que hablaba de las fiestas del mandatario italiano.
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