Córdoba.- Más de uno echó en falta hoy la tradicional segunda jornada de descanso al inicio de la última semana de la 64 Vuelta a España. El pelotón tuvo que enlazar las ciudades andaluzas de Jaén y Córdoba en el cuarto de los diez días seguidos que deben afrontar sin parar hasta que el próximo domingo finalice en Madrid.
El primer salto de los Pirineos en la historia de la Vuelta para comenzar la carrera en la provincia holandesa de Drenthe condicionó la situación estratégica de las dos jornadas de descanso obligatorias. Tal vez un tercer día de descanso hubiese dulcificado mínimamente el esfuerzo de los componentes del pelotón de la Vuelta'09.
Por otro lado, a los responsables de ensamblar las veintiuna jornadas de competición no les tembló el pulso al apostar por un recorrido que, a pesar de no visitar ni Pirineos ni cordillera Cantábrica, lo que no le falta es dureza. Pero con lo que no parecían contar era con que las fuerzas iban a estar bastante juntas y no sobran en el pelotón.
Una de las razones podría estar en ese incremento de la lucha contra el dopaje que ha terminado por equilibrar la balanza de fuerzas entre todos los competidores. Tanto de los que luchan por la victoria final como de los que aspiran a dejarse ver o lucir en días determinados.
"El depósito de los ciclistas se ha ido vaciando y es necesario tener algún día tranquilo para recuperar" afirmaba tras el tríptico andaluz que concluyó en La Pandera el director del Caisse D'Epargne, Eusebio Unzue. Y eso que es de los que menos se puede quejar porque tiene a Alejandro Valverde al frente de la clasificación y su equipo es, uno de los cuatro que todavía siguen al completo.
También recordaba que en ediciones anteriores la jornada del último lunes de Vuelta se empleaba para disfrutar del segundo día de descanso. En esta ocasión, después del día ocioso almeriense, "hemos disputado tres etapas de alta montaña, la de Velefique es la más dura de este año en las tres grandes, y todavía nos queda una semana de competición".
Mal presagio porque lo mismo que exterioriza Unzue lo expresan en similares términos otros responsables de equipo e incluso los propios ciclistas. Las tres jornadas hasta llegar a la sierra madrileña serán un calco de lo ya vivido. Pelea hasta el límite de las fuerzas en los primeros kilómetros por hacer una escapada. Cuando ya se ha formado el grupo delantero el resto se limita a control del equipo del líder, con o sin colaboración de terceros, y triunfo de uno de los fugados.
El resultado del viaje a Córdoba fue evidente. Triunfo de una joven realidad del ciclismo holandés, Lars Boom (Rabobank). Entre medio el resto de componentes de la escapada. Y el pelotón con Valverde a 25:01, una diferencia casi de escándalo.
La primera parada fue en la ciudad Imperial de Tarragona a orillas del Mediterráneo, cuando únicamente se habían disputado cuatro etapas, menos que una de las muchas carrera por etapas que jalonan el calendario. A pesar de todo, la estadía tarraconense terminó sentando a todos bien. La espeluznante caída de Lieja (Bélgica) el cuarto día hizo que una gran mayoría necesitase recuperarse de las heridas sufridas.
Algunos con rotura de huesos tuvieron que abandonar. Otros han ido penando hasta bajarse de la bicicleta como el español Xavi Tondo (Andalucía Cajasur), y algunos, como Ezequiel Mosquera (Xacobeo Galicia) han tenido que sufrir donde no pensaban hacerlo para recuperarse de las magulladuras y poder seguir peleando por su objetivo, el podio final en Madrid que, de momento no tiene fácil conseguir.
De nuevo junto a orillas del antiguo mar de Tetis, en tierras almerienses, llegó el segundo parón. A falta de diez días y con el terrorífico tríptico andaluz por delante, todos eran conscientes de que el objetivo era guardar en la medida de lo posible la mayor cantidad de fuerzas. Así lo hicieron los seis hombres que pelean por la clasificación general y se mantuvieron lo más juntos posible. El goteo de segundos a favor o en contra para todos fue la tónica y el que mejor gestionó esas tres jornadas fue el murciano Alejandro Valverde.
"Hay un gran equilibrio de fuerzas entre los primeros clasificados y Alejandro Valverde no es superior a sus rivales, pero hasta ahora ha sido el más regular", explica el director navarro de Orcoyen.
Ahora todavía quedan días complicados como las dos etapas de montaña que finalizarán en Ávila y La Granja-Real Fábrica de Cristales, además de la cronometrada el penúltimo día de competición en Toledo.
La Vuelta'09 no está decidida, más por la falta de fuerzas o por la igualdad existente entre los seis ciclistas que se encuentran en la clasificación general a menos de dos minutos que por la dureza de un trazado en extremo exigente. Tal vez en el futuro y con menos dificultades orográficas añadidas haya mayores diferencias.
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