Fráncfort (Alemania).- La entrada en Opel del consorcio austríaco-canadiense Magna supondrá la eliminación de hasta 10.500 puestos de trabajo en Opel y en la filial británica Vauxhall, confirmó hoy el vicepresidente de Magna, Siegfried Wolf.
En una rueda de prensa celebrada en el marco de la Feria Internacional del Automóvil de Fráncfort, Wolf precisó que de los 10.500 empleos a recortar, unos 4.500 corresponderán a Alemania.
Opel y Vauxhall emplean en Europa a cerca de 50.000 personas, la mitad de las cuales trabajan en las plantas alemanas de Opel -Rüsselsheim, Eisenach, Bochum y Kaiserslautern.
Sólo en Rüsselsheim, central europea de Opel, trabajan 18.500 personas, incluido los 7.000 empleados del Centro Internacional de Desarrollo (ITEZ, por sus siglas en alemán).
Wolf sostuvo que Magna no efectuará recortes en el ITEZ, pero no dijo lo mismo de la planta belga de Antwerpern, que, confirmó, será cerrada.
El vicepresidente de Magna recordó que su empresa y los socios rusos de Sberbank están dispuestos a realizar una inversión en Opel de 500 millones de euros.
Wolf confía en que el contrato con General Motors se firmará en un par de semanas, aunque el acuerdo definitivo se producirá, si las negociaciones no se tuercen, a finales de noviembre "como muy tarde".
Según el ejecutivo, Magna no ha mejorado su concepto por Opel en las últimas semanas de negociación con General Motors.
"Nuestros planes, en lo que a puestos de trabajo e inversiones se refiere, no ha sido modificado desde el pasado 31 de mayo", dijo.
Y agregó que "aquel que hable de mejoras es porque no ha leído los documentos presentados en su día o porque no dice la verdad".
Wolf reiteró que Magna se propone hacer de Opel una empresa rentable de aquí al 2015, fecha en la que también "esperamos devolver las ayudas estatales" prometidas.
"El dinero público tiene que ser devuelto inmediatamente, pues se trata de un dinero muy caro", subrayó.
Adelantó que Opel, ya con un nuevo propietario, no tendrá inicialmente salida en todos los mercados.
"Vamos a esperar dos años antes de salir al mercado canadiense y cinco para el chino", declaró Wolf.
En el caso de China, la entrada de la nueva empresa Opel se realizará a través de los modelos Astra e Insignia.
Según Wolf, "Opel no saldrá, en ningún caso, a los mercados de Estados Unidos y de Corea del Sur".
Tras meses de negociación, el consejo de administración de General Motors accedió a la venta de Opel a Magna, que asumirá el 55 por ciento del capital.
Un 10 por ciento de Opel pasará a manos de la plantilla, representada en este caso por el sindicato IG Metall, mientras que el 35 por ciento permanecerá en manos de General Motors.
Según el presidente del comité de empresa de Opel, Klaus Franz, ese 10 por ciento supondrá que los trabajadores deberán contribuir a la reestructuración de la empresa con 1.600 millones de euros los próximos cinco años.
El acuerdo entre General Motos y Magna, por el que el gobierno alemán se empleó a fondo, ha sido muy criticado en los medios alemanes, que lo consideran una maniobra política de cara a las elecciones generales del próximo día 27.
Alemania está dispuesta a facilitar a Magna hasta 4.500 millones de euros para sacar adelante una empresa que los expertos consideran insostenible y abocada a la insolvencia.
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