Nueva York.- La belga Kim Clijsters, que ha disfrutado de una invitación directa del Abierto de Estados Unidos tras retornar a las pistas hace dos meses después de una retirada de más de dos años, y que se reencontró con el éxito, tras superar a la danesa Caroline Wozniacki (7-5 y 6-3) en la final del último Grand Slam de la temporada, no habló de proyectos competitivo de futuro, sino de "recuperar la rutina de la familia".
Clijsters se mostró muy emocionada tras conseguir el punto de la victoria. Después de estrechar la mano de su rival, se fue al lugar donde estaba los componentes de su equipo y su marido Bryan Lynch.
Por el marcador electrónico pudo saludar a su hija Jada, protegida por su cuidadora en una de las entradas a las gradas. No saltó a la pista hasta el final. Cuando su madre recibió la copa. La belga, ganadora del Abierto de Estados Unidos, no habló de volver a la competición.
"Me ha ayudado mucho el hecho de que estuviera la niña aquí. Ahora quiero volver a casa y recuperar la rutina de una familia normal. La niña se ha divertido mucho en Nueva York y eso es lo que queríamos, que la rutina de la competición no pudiera influir en ella. Se ha divertido y a mí me ha ayudado en mantenerme centrada en el tenis y quitarme de la locura y la vorágine del circuito", dijo la tenista de Bilzen.
Kim Clijsters reconoció que un triunfo en el Abierto de Estados Unidos no entraba en sus planes.
"Este no era el plan que me había marcado. Había vuelto para ver como iban las cosas, para recuperar sensaciones. Gracias a la USTA (Federación de Tenis de Estados Unidos) por darme la oportunidad de jugar y por fin defender mi título ganado en el 2005", añadió la belga.
Clijsters no olvidó agradecer el apoyo de todas partes desde su retorno a la competición.
"Es una locura el apoyo que he tenido de todas partes. Tengo que estar agradecida a todo el mundo. A mi gente, a mi familia a los seguidores. Desde el primer día tuve el apoyo de la gente. Es increíble como me han recibido desde mi regreso y realmente ha sido muy importantes sentirme tan arropada en las rondas finales, con jugadoras de tanto nivel", dijo la belga.
Minutos después su hija de año y medio Jada saltó a la pista del Arthur Ashe Stadium y jugueteó alrededor de su madre, alentada por la expectación y los focos. Distrajo el protagonismo que Clijsters adquirió en la pista. Fue el centro de atención de todos.
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