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Maniobras de Guardacostas alarman a Washington en el aniversario de los atentados

EFE
Actualizado 12-09-2009 00:01 CET

Washington.-  El octavo aniversario del 11-S en Washington se vio marcado hoy no tanto por la participación del presidente de EE.UU., Barack Obama, en una ceremonia en el Pentágono, sino por unas maniobras del Servicio de Guardacostas que desataron la alerta de seguridad en la capital.

El incidente ha hecho que el Servicio de Guardacostas haya prometido "examinar muy de cerca" lo que se hizo, entre las protestas de las familias de las víctimas de los atentados y de militares porque se eligiera precisamente el día de hoy, con toda su carga de nerviosismo y emotividad, para llevar a cabo ese tipo de pruebas.

La alerta comenzó instantes después de que Obama regresó con su comitiva a la Casa Blanca tras haber participado en la ceremonia de homenaje a las 184 víctimas en el Pentágono de los atentados del 11 de septiembre de 2001 (11-S).

Lanchas rápidas del Servicio de Guardacostas acababan de comenzar un ejercicio de adiestramiento para casos de emergencia en el río Potomac, precisamente en el área más cercana al Departamento de Defensa.

La cadena de noticias en televisión CNN interceptó las comunicaciones de radio de las lanchas, emitidas en frecuencia abierta, e interpretó que se trataba de una situación real.

CNN interrumpió su emisión para mostrar imágenes del río y lanzar una alerta en la que avisaba de que se habían llegado a disparar hasta diez tiros.

En Twitter, el servicio de microblogs, la cadena alertó de que "el Servicio de Guardacostas confronta a barco mientras Obama visita el Pentágono, la radio de la policía informa de que se ha abierto fuego".

Otros medios de comunicación se sumaron a las informaciones de CNN para asegurar que la agencia gubernamental había abierto fuego contra un barco sospechoso en el Potomac.

Debido a la alerta, se suspendieron durante 20 minutos las salidas de vuelos del aeropuerto Ronald Reagan de Washington, muy próximo al Pentágono.

El Servicio de Guardacostas se vio obligado a salir al paso y negar tajantemente que se hubieran lanzado disparos y que lo que tenía lugar era un mero simulacro.

En una rueda de prensa posterior, el vicealmirante de Guardacostas John Currier aseguró que fue "un ejercicio de adiestramiento normal, de rutina, sin gran importancia".

"Las comunicaciones de radio interceptadas generaron una gran cobertura mediática y mucho interés, justificado, pero creo que vimos que esto quedaba fuera de control", explicó Currier.

Dado que se trataba de una maniobra de rutina -se ejecutan cuatro veces a la semana en el área de Washington- no hubo aviso a las autoridades federales.

Aunque el vicealmirante se negó a presentar disculpas por la medida, al ser preguntado sobre lo poco oportuno del día para llevar a cabo el ensayo, indicó: "Examinaremos nuestros procedimientos y el momento escogido para este ejercicio".

La Casa Blanca expresó su apoyo al Servicio y se mostró muy crítica con los medios de comunicación.

En una charla con los periodistas, el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, afirmó: "Tal y como entiendo lo que ha pasado, se divulgaron informaciones basadas en comunicaciones de radio de la policía que no se comprobaron, aparece en televisión y todos corremos para que venga a resultar que se trata de un simulacro".

"Parece que mucho de todo esto podría haberse evitado", opinó el portavoz, quien agregó que su "única advertencia es que cuando se informe de cosas como ésta, comprobar los hechos suele ser bueno".

Un grupo de familias de militares expresó su malestar por lo sucedido, en un comunicado en el que afirmó que "el 11-S es un día para recordar la pérdida de 2.973 vidas inocentes en atentados en Nueva York, Pensilvania y el Pentágono. No es un día para crear pánico innecesario cerca de un objetivo terrorista".

No es la primera vez este año que las fuerzas de seguridad desatan una falsa alarma.

El jefe de la Oficina Militar de la Casa Blanca, Louis Caldera, se vio obligado a dimitir después de autorizar que el avión presidencial, Air Force One, sobrevolara a baja altura la ciudad de Nueva York el pasado abril para una sesión fotográfica.

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