MADRID.- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, participó este viernes en los homenajes previstos para recordar a las víctimas de los atentados del 11 de septiembre de 2001, los primeros desde que asumió el cargo el pasado enero. Coincidiendo con el octavo aniversario de los ataques, que causaron la muerte de 2.752 personas, Obama ha prolongado el estado de emergencia nacional porque "la amenaza terrorista sigue vigente".
El presidente y su mujer, Michelle, guardaron un minuto de silencio en los jardines de la Casa Blanca a las 8.46 horas (14.46 hora española), el momento en el que el primer avión impactó contra una de las Torres Gemelas.
Poco después, Obama se desplazó al Pentágono para dejar una corona de flores blancas en el monumento conmemorativo levantado frente al edificio, donde aquel día perdieron la vida un total de 184 personas. Obama pidió utilizar esta ocasión no para recordar "la capacidad humana para el mal, sino la capacidad humana para el bien". "Permitidnos recordar cómo nos unimos como una nación, como un pueblo, como americanos", reclamó el dignatario en palabras recogidas por la CNN.
"No hay palabras que puedan aliviar el dolor de vuestros corazones", dijo Obama ante una multitud de familiares de las víctimas reunidos para la ocasión. "Han pasado cerca de 3.000 días --casi uno por cada uno de aquellos que nos arrebataron--. Pero el paso de las estaciones no puede disminuir el dolor y la pérdida de ese día", estimó. Obama aprovechó para recordar "la belleza y el significado de las vidas" de las víctimas.
"Permitidnos renovar nuestra determinación (a luchar) contra aquellos que perpetraron este brutal acto contra nosotros", dijo el mandatario estadounidense respecto a la red terrorista Al Qaeda. "Nuestro pulso a Al Qaeda y a sus aliados extremistas nunca desvanecerá", recalcó.
"Rendimos tributo al servicio de una nueva generación (...) a los jóvenes americanos que crecieron en un periodo de paz y abundancia, que vieron a su nación en un momento de necesidad y dijeron: 'Elijo ayudar'", continuó el presidente. A partir de ahora y por decisión de Obama, cada 11 de septiembre se conmemorará el Día Nacional del Servicio y el Recuerdo con el fin de no olvidar los hechos acontecidos esa fecha en 2001.
Las palabras del presidente vinieron precedidas por las del secretario de Defensa, Robert Gates, quien subrayó "la gran cumbre de sacrificio" mostrada hace ahora ocho años, cuando los terroristas estrellaron un avión de American Airlines contra la fachada oeste del Pentágono.
CONTINÚA EL ESTADO DE EMERGENCIA
Antes de los actos, Obama anunció a través de un comunicado la prolongación durante un año del estado de emergencia nacional declarado por el ex presidente George W. Bush el 14 de septiembre de 2001. "Dado que la amenaza terrorista sigue vigente, el Gobierno y las autoridades hemos decidido que el estado de emergencia debe continuar más allá del 14 de septiembre de este año", explicó el inquilino de la Casa Blanca.
Este estado concede al jefe del Gobierno el derecho a, entre otras cosas, desplegar tropas en el extranjero, imponer la ley marcial, regular las operaciones de las compañías privadas y controlar las comunicaciones. No obstante, la Justicia puede pedir explicaciones al presidente por sus decisiones.
RECUERDO DE LAS VÍCTIMAS EN TODO EL PAÍS
Las banderas estadounidenses se izaron a media asta en los edificios oficiales y un sinfín de personas se reunieron a lo largo del país para rememorar los momentos en los que los aviones se estrellaron contra el Pentágono, el World Trade Center --los símbolos norteamericanos del poder militar y económico, respectivamente-- y en una zona agrícola próxima a Shanksville, en el estado de Pensilvania.
Las hipótesis sobre este último incidente continúan señalando que con dicho avión los terroristas pretendían atacar la Casa Blanca o el Capitolio. Sin embargo, los pasajeros y la tripulación, conocedores del objetivo de sus captores, se enfrentaron a éstos para hacerse con el control de la aeronave, que finalmente se estrelló.
En Nueva York, multitud de personas se congregaron en el solar del antiguo World Trade Center y guardaron silencio a las 8.46 de la mañana (14.46 en la España peninsular), minuto en que un avión de American Airlines se estrelló contra la Torre Norte de las Torres Gemelas, y a las 9.03, cuando la Torre Sur recibió el impacto del segundo avión, de United Airlines.
Familiares y amigos de las víctimas leyeron los nombres de los fallecidos con el repicar de las campanas como sonido de fondo, en una ceremonia que se prolongó durante cuatro horas y que contó con la presencia del vicepresidente, Joe Biden, y su mujer, Jill. Además intervino el entonces alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani.
Justo antes del primer minuto de silencio, el alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg, elogió la decisión de Obama de declarar el 11 de septiembre el Día Nacional del Servicio y el Recuerdo. "La ciudad de Nueva York ha hecho suyo ese llamamiento", dijo Bloomberg. Con motivo de esta conmemoración, se ha creado una página en Internet en la que los ciudadanos pueden relatar actos de caridad.
En enero de este año la cifra de víctimas 11-S se elevó a 2.752 después de que las autoridades registraran la muerte en octubre de 2008 de Leon Bernard Heyward, cuya exposición al polvo levantado tras el derrumbe de las Torres Gemelas le ocasionó graves problemas de salud que le produjeron finalmente la muerte.
Mientras, en Shanksville se organizó una ceremonia paralela para rendir homenaje a las 40 víctimas mortales del Vuelo 93 de United Airlines. El cantante de country Trace Adkins fue el encargado de interpretar el himno nacional, mientras que el ex secretario de Estado Colin Powell --que ocupaba el cargo cuando tuvieron lugar los atentados-- pronunció un discurso con el que homenajeó a los fallecidos.
Está previsto que dentro de dos años, en el décimo aniversario del incidente, se inaugure en este enclave un recinto de conmemoración de las víctimas en el que las autoridades han invertido 58 millones de dólares (casi 40 millones de euros).
MENOS PREOCUPACIÓN POR EL TERRORISMO
Según los sondeos realizados por la CNN, el grado de preocupación de los estadounidenses por el terrorismo es ahora aproximadamente la mitad respecto a hace ocho años, y se sitúa 20 puntos porcentuales por debajo del nivel registrado en 2006, cuando se cumplieron cinco años de la tragedia.
El 34 por ciento de los ciudadanos del país creen que es probable que ocurra un atentado en territorio estadounidense durante las próximas semanas. No obstante, al menos seis de cada diez encuestados confía en la capacidad del Gobierno de Obama para proteger a la nación.
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